viernes, marzo 03, 2006

"Estado de sitio" en el Bernabéu

"Estado de sitio" en el Bernabéu
Diego Torres
BBC Deportes, Madrid

Una semana después de haber sido confirmado como el equipo de fútbol más rico del mundo, el Real Madrid se encuentra ante una doble amenaza insólita: la autofagocitación o la explosión.

Florentino Pérez, presidente saliente del Real Madrid
Pérez abandonó el cargo ante la inminente realidad de una tercera temporada consecutiva sin ganar títulos.

En estos días la sede del club, en el estadio Santiago Bernabéu, se ha teñido de un riguroso luto por el que transitan plañideros los hombres de confianza del presidente dimisionario Florentino Pérez.

"Sólo el tiempo permitirá a los críticos dotarse de la perspectiva y la riqueza conceptual suficiente para comprender la capacidad de visión de este hombre", dice uno de sus más leales colaboradores.

Florentino Pérez es, para algunos, el líder "bisagra" entre dos mundos, el que separa la gestión deportiva del siglo XX del XXI.

Para otros el ex presidente, que dimitió sorpresivamente el lunes pasado, no es más que un administrador ágil y ambicioso de los asuntos económicos. Un hombre gris que saldó la deuda histórica del club pero se mostró incapaz, cuando no disparatado, a la hora de administrar lo más importante del negocio: ese grupo de muchachos dispares y antojadizos que forman los equipos de fútbol.

Como dijo Johan Cruyff: "Lo más importante de un club no es la junta directiva sino el vestuario".

Dinero sin gloria

Después de cinco años y medio al frente de la entidad deportiva más prestigiosa de España, Florentino Pérez abandonó el cargo ante la inminencia de un fracaso estrepitoso: la tercera temporada consecutiva sin ganar títulos.


David Beckhm y Ronaldo
La llegada de Beckham coincidió con el comienzo de la desintegración del vestuario y sintetizó la ruptura de las leyes no escritas de un juego centenario.

Un dato que no se producía desde la protohistoria del club, en la temporada 52-53, antes de la contratación de Alfredo di Stéfano. Es decir, antes de la refundación.

La crisis plantea una paradoja existencial: ¿Qué importan las infraestructuras si no hay gloria? ¿De qué sirve el dinero si no hay amor?

Hace dos semanas uno de los directores generales que rodeaban a Florentino Pérez hacía el siguiente cálculo: "Lo fundamental es el modelo económico. Florentino Pérez ha creado una fórmula que permite aumentar los ingresos de tal forma que en un plazo medio el Madrid no tendrá rivales en Europa".

"Ningún club estará en condiciones de competir con nosotros. Me atrevo a decir que más pronto que tarde nuestros ingresos serán de 400 millones de euros anuales. Con esas cantidades podremos fichar a los mejores jugadores porque los otros no los podrán comprar. Y con los mejores jugadores, a la fuerza, llegarán los títulos".

La figura de Beckham

El entramado de medios propios, marketing, autopromoción y contratos de patrocinio, unido a la expansión asiática, convirtieron al Madrid en el club más rico del mundo. Esto, según los expertos, no habría sido posible sin Beckham.

Fernando Martín, nuevo presidente del Real Madrid
Martín anunció la creación de una comisión independiente de vigilancia, que velará por la disciplina de los futbolistas.

El inglés, que en España nunca fue tomado tan en serio como otros futbolistas (Zidane, Ronaldo, Ronaldinho o Messi son más venerados por los hinchas), es la punta de lanza que ha logrado atraer a los consumidores más codiciados: los chinos.

Sin Beckham las perspectivas de crecimiento madridistas no serían posibles. Sin embargo, y esta es la contradicción, Beckham no está entre los mejores once jugadores del planeta. Más que un activo deportivo se trata de un activo de la estrategia mercantil.

La contratación de Beckham por el Madrid en la primavera de 2003 coincide con el comienzo de la sequía. El club nunca más volvió a incorporar otro título en las vitrinas y Florentino Pérez languideció haciéndose preguntas que no pudo responderse. ¿Por qué? Florentino Pérez se marchó del Madrid convencido de que había mimado a sus jugadores con los mayores lujos que un dirigente podía brindar: "Los he maleducado como un padre que intenta dar a sus hijos lo mejor".

La caída del vestuario

Sin embargo, la opinión de la gran mayoría de los futbolistas es bien distinta. La llegada de Beckham coincidió con el comienzo de la desintegración del vestuario y sintetizó la ruptura de las leyes no escritas de un juego centenario.


La eficacia en el terreno de juego quedó relegada a un segundo plano

Las leyes consuetudinarias del fútbol, que además de tácticas para el campo abarcan normas de conducta social, decían que las plantillas se autogestionan por el principio del mérito en la cancha.

El modelo económico de Florentino Pérez exigía que las jerarquías del vestuario se impusieran desde el sillón presidencial mediante el establecimiento de líderes mercantiles. Los sueldos y los privilegios se concedieron según el retorno económico que cada jugador produjera al club.

La eficacia en el terreno de juego quedó relegada a un segundo plano. Así Beckham se convirtió, sin tener nada que demostrar, en el futbolista más premiado. Gozó de tantas prerrogativas que los horarios de los entrenamientos llegaron a modificarse para que coincidiesen con sus diarios viajes a Londres.

El anuncio del fichaje de Beckham siguió con la salida del club de los líderes naturales: Fernando Hierro, el capitán, y Vicente Del Bosque, el entrenador que conquistó dos Ligas y dos Copas de Europa en cuatro años.

Otros jugadores relevantes, como Cambiasso, Guti, Casillas, Helguera o Raúl fueron oscurecidos poco a poco ante la irrupción de nuevos íconos. Los méritos puramente relacionados con el juego, o con la veteranía, sencillamente se devaluaron.

Ahora el Madrid tiene un nuevo presidente que, en la línea discursiva de Florentino Pérez al dimitir, parece declarar el estado de sitio contra un vestuario ingobernable.

Se llama Fernando Martín, tiene una melena superpoblada y la mirada escrutadora de un halcón. Nació en 1947 en un pueblo de Valladolid y es dueño de una empresa inmobiliaria. Su alocución de presentación estuvo marcada por el anuncio de creación de una extraña comisión independiente de vigilancia, que velará por la disciplina de los futbolistas dentro y fuera del campo.

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