domingo, mayo 13, 2007

Brenda Esquivel: Luis Posada Carriles ordenó matar a mi hijo

testimonio
Brenda Esquivel: Luis Posada Carriles ordenó matar a mi hijo
“Tenía ocho meses de embarazo cuando Posada Carriles contestó, sin titubeo, a un funcionario que le preguntó: comisario Basilio, la señora está embarazada(...) ¿qué vamos a hacer? —¿Cuántos meses tiene? me preguntó el comandante Basilio. —Tengo ocho meses, le respondí. —¡Acaba con esa semilla antes de que nazca!”. A patadas y golpes, la mujer perdió a su hijo. Brenda Esquivel era esposa de Ramón Antonio Álvarez, un dirigente guerrillero de izquierda. Texto: Grace Oria
Fuente: Panorama Digital

Caracas

Brenda Esquivel nunca imaginó la crueldad de un terrorista hasta el 3 de junio de 1972, cuando en La Victoria, estado Aragua, el comandante de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), Luis Posada Carriles (conocido para la época en los predios de la policía política como el comisario Basilio), ordenó matar al hijo que llevaba en su vientre.

“Tenía ocho meses de embarazo cuando Posada Carriles contestó sin titubeo a un funcionario que le preguntó: comisario Basilio la señora está embarazada(...) ¿qué vamos a hacer?

—¿Cuántos meses tiene? me preguntó el comandante Basilio.

—Tengo ocho meses, le respondí.

—¡Acaba con esa semilla antes de que nazca!”, sentenció cruelmente Posada Carriles, dando la orden para que acabaran con el niño que tenía en mi vientre.

Las patadas y golpes contra Brenda fueron tan contundentes que, inmediatamente, la hemorragia le avisó que había perdido a su pequeño hijo.

“Fui torturada, me dieron patadas, me metieron en una bañera”, contó Brenda todavía consternada casi 35 años después del episodio.

La sobreviviente relata que Posada Carriles arremetió contra ella y sus familiares sólo por el hecho de ser esposa de Ramón Antonio Álvarez, un dirigente del grupo guerrillero urbano de izquierda Punto Cero, quien había sido asesinado e incriminado injustamente en un secuestro un día antes en El Paraíso, en el oeste de Caracas.

“Posada Carriles mandó a que nos fusilaran a mi hermana y a mí, pero el pueblo de La Victoria no lo permitió”, agregó Marlene, hermana de Brenda y quien afirma que el otrora jefe de la Disip llegó a torturar a niños tapándole las fosas nasales y quemándolos.

Brenda, luego de estar junto a su hermana 12 días en los sótanos de la Disip, desangrada e infectada por no tener atención médica, pudo ver una luz al final del camino.

“Mi mamá se pudo comunicar con José Vicente Rangel, que para ese entonces era el de los derechos humanos; él y una comitiva se acercó a la Disip y nos pudieron sacar”, dijo Brenda.

Luego de 35 años, aunque las hermanas Esquivel quisieran borrar de su mente ese hecho abominable aún guardan la esperanza que se haga justicia para que Luis Posada Carriles pague por el asesinato de sus cónyuges, vecinos, amigos y sobre todo por la muerte de un niño que nunca tuvo la oportunidad de crecer y vivir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

POSADA CARRILES Y LA PRENSA VENAL DE PARAGUAY
(Luis Agüero Waner-)---------------------------------------------------------------------------------------

A raìz de nuestra posición sobre la no renovación de la licencia a RCTV en Venezuela, fuimos aludidos tácitamente y con innumerables inexactitudes en el diario dirigido por Aldo Zuccolillo, hermano de un delator de la policía polìtica de Stroessner y cuñado de una de las piezas claves del asesinato de Orlando Letelier en Washington en los años 70 (Conrado Pappalardo), asì como gran colaborador con donaciones de dinero del centro de detenciòn y tortura de la dictadura paraguaya. Las alusiones se dieron en una columna del periodista Edwin Brítez, ex jefe de la sección política de Abc Color, cercano colaborador del filizzolismo (se le conoce como ayudante del senador José Nicolás Morínigo en varias publicaciones) y pareja de la directora de comunicación social de la Presidencia de la República Alicia de Brítez, que con frecuencia integra la comitiva oficial de Nicanor Duarte Frutos en sus frecuentes excursiones recreativas por cuenta del Estado.
Primero debo decir que no me tomo muy a pecho lo que pueda escribir aludiendo a mi persona el Sr. Brítez, sabiendo que lo que plasma en su columna no es precisamente lo que piensa con su propia cabeza, sino lo que le gusta a su autoritario patrón, de lejos el más rígido de nuestro medio en cuanto a imponer la línea editorial que refleje sus opiniones.

Es lo que ciertamente corresponde a un emblemático referente de una prensa nacida y crecida al amparo de una dictadura militar, que sobresale por su falta de compromiso con la realidad social paraguaya y que fácilmente se autodegrada con bochornosas campañas contra la verdad.
En segundo término, debo decir que me consta la conducta irregular del firmante personero del amarillismo, por la forma tendenciosa en que tergiversaba u omitía información sobre mi partido político en la etapa en que ocupé el cargo de director de prensa del mismo, por lo que ya conocía con anterioridad a la publicación del último domingo que tenía órdenes de hostigarme e intentar perjudicarme.




Dice Aldo Zuccolillo -por intermedio de Brítez- que es víctima de nuestras campañas, confundiendo los roles desempeñados.

Para ser víctima se requiere de una situación injusta, que no se da en este caso, pues todo lo que hemos publicado sobre el aludido personaje está perfectamente documentado y no escapa un milímetro a la verdad. Todo el Paraguay sabe que el amo de Abc Color se autodefine en su delirio como luchador contra la dictadura, siendo que apoyó a la misma por casi dos décadas de manera abyecta e incondicional, llegando a jactarse muchas veces de haber recibido a Stroessner en el local de su diario, y habiéndole dedicado loas suficientes desde sus editoriales como para empapelar toda la ciudad.

También menciona como víctima a Alcibíades González Delvalle, como si hubiésemos inventado su paso por las ensangrentadas dependencias del Ministerio del Interior en tiempos de Édgar L. Ynsfrán. Lo que puedo añadir al respecto es que probablemente allí el defenestrado director de Cultura de la Municipalidad se inició como campeón de la libertad de expresión, obligando a "hablar" y expresarse libremente a los presos políticos mientras eran torturados en ese lugar.

Sobre los enredos de estos personajes con su otrora gran benefactor Alfredo Stroessner, resulta cada vez más evidente que respondieron a desacuerdos particulares o de negocios y no ideológicos o políticos, dado el rabioso anticomunismo y maccartismo del que hacen gala, que alcanza en sus escritos un admirable vuelo que hubiera envidiado el mismo Stroessner.

No pretendo pontificar sobre los asuntos de Venezuela, que en realidad preocupan poco a la sociedad paraguaya, que tiene sus propios problemas y mucho más acuciantes que la libertad para ver telenovelas de mal gusto de los venezolanos, aunque reconozco que deben ser muy preocupantes para los intocables padres de la patria periodística que lograron su tajada del espectro radioeléctrico por decreto de Stroessner, o montaron sus diarios con dinero público o del narcotráfico. No el balde el mismo senador Jesse Helms enviò a sus emisarios a solicitar protecciòn de algunos de estos personajes cuando instalò su empresa de telefonìa celular en Paraguay, en sociedad con otros grandes filántropos como Jorge Mas Canosa.

Sobre el tema de los estudiantes venezolanos que se manifiestan "espontáneamente" contra Chávez como pretende hacer creer el recadero de Zuccolillo, me permito informarle que los fondos que pagan la insurgencia universitaria en Caracas provienen -según lo han informado ellos mismos- de La Pequeña Habana de Miami, asiento de la terrorífica colonia batistiana.

Para más detalles, en esta sobresale como ilustre miembro el terrorista Luis Posada Carriles, quien confesó a la periodista venezolana Alicia Herrera haber sido el autor del atentado con bomba contra el vuelo Cu 455 de Cubana de Aviación, que el 6 de octubre de 1976 costó la vida a los 77 pasajeros y tripulantes de varias nacionalidades que llevaba a bordo cuando estalló sobre las islas Barbados.

Con toda seguridad, Aldo Zuccolillo y sus asalariados están absolutamente de acuerdo con que Posada Carriles haya sido liberado "por razones humanitarias" hace unas semanas, dado lo mucho que aprueban la política del presidente W. Bush, al punto de promover su trasnochado bushismo pro ALCA en Paraguay utilizando como pretexto el tema de Itaipú para disparar contra el Mercosur.

Luis Agüero Wagner

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