lunes, octubre 22, 2007

La maldición del e-mail

La maldición del e-mail
Jane Wakefield
BBC

En Estados Unidos algunas empresas decidieron emprender acciones drásticas ante la avalancha de correos electrónicos y el temor de sus empleados ante la perspectiva de recibirlos.

Paul Otellini
Paul Otellini urge a sus ingenieros a conversar más.

Intel se convirtió en la más reciente de una larga lista de compañías que implementan "un día sin correo electrónico".

Cada viernes, 150 de sus empleados recurren a medios de comunicación más conservadores, y se les alienta a hablar entre sí o usar el teléfono en vez de recurrir al correo electrónico, aunque no esté formalmente prohibido hacerlo.

En el caso de Intel, la iniciativa se debió a un comentario del director ejecutivo Paul Otellini criticando a quienes "se sientan en cubículos casi contiguos y se envían correos electrónicos en vez de hablar".

Experimentos

La idea de un día sin correo electrónico no es nueva en Estados Unidos, donde hay compañías que ya han sentido los beneficios de cerrar las bandejas de entrada un día por semana.

Empresas como US Cellular y Deloitte and Touche llevan algún tiempo experimentando con esta estrategia.

El año pasado, una de estas compañías inició el programa para averiguar si la dependencia excesiva en las comunicaciones electrónicas afectaba la productividad.

Cuatro meses después, descubrió que la prueba había sido un éxito porque el trabajo del equipo había mejorado, los clientes estaban más satisfechos y los problemas se resolvían más rápidamente.

Presión electrónica

Persona escribiendo en computador
Algunos empleados revisan su bandeja de entrada entre 30 y 40 veces por hora.
Según la empresa estadounidense The Radicati Group, cada empleado envió un promedio de 37 correos electrónicos por día en 2006, y se calcula que la cifra llegará a 47 antes de fin de año.

Otro estudio -de las universidades de Glasgow y de Paisley, en Escocia- reveló que una de cada tres personas se sentían abrumadas ante el volumen de correos que tenían que atender.

Cuando se investigó la conducta de quienes usan correo electrónico se descubrió que muchas personas revisan su bandeja de entrada entre 30 y 40 veces por hora.

"Había una discrepancia entre la frecuencia con que las personas creían que revisaban su buzón y la frecuencia con la que realmente lo hacían", explicó Mario Hare, profesor de la Universidad de Paisley.

Hare también descubrió que algunas personas tienen una actitud más relajada que otras cuando se trata de responder a mensaje electrónicos, y logró establecer que los días sin correo son particularmente útiles para personas que necesitan concentrarse durante períodos más o menos largos.

Monstruo que devora recursos

Pero no todos piensan que no usar el correo electrónico es la respuesta a las presiones y la falta de productividad en la oficina.

Mujer desesperada por la cantidad de correos electrónicos que recibe
Muchas personas se sienten estresadas por la cantidad de correos electrónicos que reciben.

"En vez de hacer suspender por completo las comunicaciones electrónicas durante el fin de semana -lo que significa que los empleados tienen que pasar la mayor parte del lunes atendiendo la correspondencia pendiente- lo que se necesita es educar al personal sobre la forma apropiada de usar esta herramienta", dice Alan Elliot, director de desarrollo comercial de los especialistas en comunicaciones electrónicas Mirapoint.

"Presentar al correo electrónico como un monstruo que devora recursos es ignorar las realidades del mundo de los negocios de nuestro tiempo", sostiene Elliot.

Sin embargo Intel parece decidido a investigar nuevas formas de trabajo.

A partir de una idea que se asocia más tradicionalmente con los centros preescolares, a la gerencia se le ocurrió establecer un receso, que por desgracia no significa que uno pueda tomar una siesta pero ofrece medio día a la semana para que uno pueda dedicarse a trabajar sin interrupciones y sin correo electrónico.

Y eso hace pensar que ya comenzó a producirse una reacción contra el centro de trabajo que nunca descansa.



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