Todos serían descendientes directos de Giocangga, el abuelo del emperador Nurhaci, quien fundó la dinastía Qing.
El alto número de descendientes de Giocangga, que se concentran principalmente en el noreste de China y Mongolia, sería el resultado de las muchas esposas y concubinas que tuvieron sus hijos.
El doctor Chris Tyler-Smith, especialista en genética del Instituto Sanger de Gran Bretaña, fue quien realizó el sorprendente hallazgo tras investigar una serie de genes en el cromosoma masculino, el Y.
El investigador le dijo a la BBC que estos genes aportaban un "apellido genético" de la familia a la que pertenecían cada uno de los hombres estudiados.
Dos tipos de cromosomas
Los científicos analizaron los genes de unos 1.000 hombres y notaron dos tipos de cromosomas Y que eran muy frecuentes.
Luego los especialistas lograron trazar los orígenes de estos particulares genes al noreste de China y determinaron que databan de hace 500 años.
Un análisis más minucioso mostró que este particular código genético apareció por primera vez poco antes de la dinastía Qing, que emergió en 1616 y ya había conquistado China en 1644.
"Enseguida nos dimos cuenta de que en esta época se estaba desarrollando un importante evento histórico: el establecimiento de la dinastía Qing, que conquistó China y gobernó por cientos de años", señaló Tyler-Smith.
Según el experto, la nobleza imperial Qing era una clase privilegiada que habría procreado un gran número de niños, y estos descendientes habrían tenido buenas oportunidades de sobrevivir.
En la época de Giocangga la población china rondaba los 100 millones, y los investigadores estiman que un habitante promedio de entonces tendría en la actualidad 20 descendientes.
El dato resalta aún más lo inusual del caso de Giocangga, quien de alguna manera logró contar con un total de 1,5 millones de descendientes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario