Date: Thu, 04 Mar 1999 06:46:22 PST
Subject: Voyage: Salsa a la Francesa: Un, deux,
trois, quatre...
Bonjour
Amigos,
Aquí
sigo en mi duelo a muerte con la computadora, ahora tengo problemas con el
enlazador ¡odio esta vaina!
Como
habíamos acordado, ayer pasaron las brasileñas y Birdginie (no es Virginie,
sino Birdginie por lo pajarota que es) por mi cuarto buscándome para ir al
curso de salsa en la CitéU. En principio tenía mucha ilusión de aprender a
bailar salsa a sabiendas de que en Venezuela me fue imposible hacerlo.
¿Imaginan que lo logre aquí en París? Pero en esta ocasión no lo logré. Este
curso fue un total fracaso porque no logré aguantar la risa durante todo el
curso y casi me botan de la broma por no hacer caso. Les cuento los detalles.
Llegamos
un poquito antes de la hora porque Birdginie, como buena francesa, tenía pánico
de llegar tarde. Cuando llegamos no había nadie más y mientras tanto me puse a
jugar basket tirando papelitos en una papelera con las brasileiras. En eso
llegó la profe y nos dijo que pasaramos. En el salón, había dos mariquitas bailando juntos
viéndose a los ojos y allí empezó mi ataque de risa, ¡es que no estoy
acostumbrado a esas vainas!
Como
de costumbre todos los franceses llegaron justo a la hora con minutos y segundos y se dio comienzo a
la sesión. La profe dijo: los que nunca han estado en un curso de salsa, por aquí
adelante, ¿y quienes eran los que nunca habíamos estado en un curso de baile? Los
latinos: las brasileiras et moi. Birdginie seguía desesperada porque estábamos
perdiendo mucho tiempo y no habíamos comenzado.
Y
entonces empezó el curso de salsa, que comenzó con una clase de teoría…
Yo
no sabía que se podía dar un curso teórico de salsa, pero así fue. Era como
aprender la gramática antes para poder hablar (ya entiendo porqué los alumnos
hacen los ejercicios primero y después estudian la teoría). Primero, una breve
explicación de la historia de la salsa, luego una explicación teórica del paso Conga,
luego del paso Casino, luego la vuelta, luego el paso base, etc. Continuamos
con teoría y más teoría y yo queriendo que me pusieran la música de una buena
vez para bailar. Ya estaba preguntando si hacía falta buscar un cuaderno para anotar y
prepararme para el examen.
Y
al fin, llegó la parte práctica. Sólo que sin música…
En
la práctica, la profesora hacía los pasos y luego todos tenían que imitarla
colectivamente. Reconozco que nunca he podido imitar ningún movimiento de
nadie, tal vez por eso es que me ha costado tanto aprender a bailar. Ni siquiera que me
enseñen en español.
Mientras hacíamos la imitación colectiva, no podía parar de
reír y andaba más perdido que el hijo de Lindbergh. Además, con las vueltas y
la laberintitis que cargo desde que me dio Dengue, me terminé mareando, pero
seguía riéndome y cada vez más fuerte. La broma era: Un, deux, trois, quatre, tourner,
un deux, trois quatre, demi tourné, etc,
etc (uno, dos, tres, cuatro, vuelta, uno dos tres cuatro media vuelta). Yo no sabía si proceder el resto por inducción completa o parar antes de caerme. Cuando
los otros iban hacia la izquierda, yo iba hacia la derecha y al contrario.
Así
como en la escuelita, la profesora me vio cara de gracioso y me pasó para
adelante para controlarme, pero en ese momento empecé a hacerlo muy bien, yo diría que mejor que
los demás y entonces me devolvieron hacia atrás. je, je, je, je.
Luego
venía la etapa de parejas. Cristina y Fernanda se peleaban por ir conmigo, pero
no era porque yo fuera la máquina latina danzante, sino porque ellas saben que
yo me baño todos los días al igual que ellas, mientras que los otros
probablemente no. Al final ganó Cristina. Hicimos un círculo y comenzamos a
hacer el paso base en pareja, pero sin música. Cristina y yo teníamos armada una
rochela, pero cuando la profe volteaba éramos los que bailábamos mejorcito. Eso
fue antes de comenzar con la acrobacia coreográfica. La profe ya estaba arrecha
con nosotros por la rochela, pero como lo hacíamos bien, lo único que nos podía
criticar era que íbamos muy rápido; yo le repliqué: - ¡Claro!, ¿si no hay música
como vamos a llevar el ritmo? Todos se rieron, ya que al parecer la puse en
ridículo y se puso muy roja. Paciencia con este, parecía decir la profe…
Ensayamos
varios pasos y algunos quiebres, pero Cristina y yo no lográbamos
sincronizarnos en los quiebres, pero era culpa mía, ya que yo me negaba a
contar hasta cuatro para hacerlos. Yo le decía que eso saldría espontáneamente
y seguía con la risa. Cada vez me reía más. En una de estas la profe me regañó:
Hay que hacer el quiebre cada conteo de cuatro como si esa fuera una regla constitucional de la République Francaise....
Y
al fin pusieron la música....
Y
para mí fue peor que pusieran la música, porque me dediqué a bailar como me
saliera del cuerpo y no a seguir las instrucciones como si fuera un robot. Y los
otros seguían fielmente las instrucciones como si no hubiera música. De repente
la profe volteaba y nos encontrábamos bailando como nos daba la gana y yo con
los ojos cerrados concentrándome en la música, hasta que me cambiaron la canción
y pusieron: Si tu eres mi hombre, y yo tu mujeeer… ¡Pero esa vaina no era salsa,
sino merengue! Le dije a la profesora en público para más arrechera de ella. No sabía cómo
iba a bailar salsa con esa canción, mejor que quiten la música de nuevo o me
pongo a bailar como me de la gana. Entonces empecé
no solo a bailar sino a cantar también. Lo peor es que aunque no seguía para nada
la técnica algorítmica que nos daban era el único hombre que al menos que
bailaba con sentimiento y alguito de sabor y eso se notaba.
Al
final, creo que no aprendí nada de la técnica del baile, que es lo que me hace
falta, aunque si la teoría y también bailé un buen rato... También le harté la
paciencia a la profe pirata esa y me reí como un desgraciado...
De
allí nos fuimos para la Soirée Brasileña y bebí de nuevo Cachaza....
Besos
Luis
Manuel
PD:
No sé quién logrará ponerme a bailar. Cada vez pienso más que es una tarea
imposible, aunque he mejorado en mi actitud...