jueves, octubre 18, 2007

A los enanos les va mal en la vida...

Dime cuánto mides...
María Elena Navas
BBC Ciencia

La estatura de una persona afecta significativamente su calidad de vida, y a los bajos les va peor.

Mujer midéndose
La gente de baja estatura experimenta peor salud mental y física.
Ésas son las conclusiones de un amplio estudio que encontró una relación directa entre la estatura de una persona y la forma como percibe su salud.

La gente de baja estatura, de menos de 162 cm en hombres y 151 cm en mujeres, dicen los autores en la revista Clinical Endocrinology, percibe su salud de forma significativamente más mala que las personas de estatura normal.

Se sabe que la gente baja experimenta más dificultades en ciertas áreas de su vida, como educación, empleo y relaciones personales, que la gente de estatura normal.

Pero hasta ahora no se había logrado entender la relación entre la estatua y el bienestar psicosocial.

Percepción

Los investigadores estudiaron los datos de una encuesta sanitaria nacional llevada a cabo en 2003 en Inglaterra por el Ministerio de Salud.

Los 14.416 participantes llenaron un cuestionario sobre su salud relacionada con su calidad de vida, y una enfermera midió su estatura.

La salud relacionada con la calidad de vida de una persona se refiere básicamente a la forma como ésta ha percibido su salud física y mental a través del tiempo.

Danny DeVito
Danny DeVito pertenece a la categoría de los bajos.
Es decir, el cuestionario no midió qué tan buena es la salud de una persona sino cómo percibe ésta su salud.

Y se analizaron cinco áreas de bienestar: movilidad, cuidado personal, actividades diarias, dolor y malestar, y ansiedad y depresión.

"Encontramos que la gente en la categoría baja tiene una percepción de su calidad de vida significativamente más mala que la gente de talla normal", dijo a la BBC el jefe de la investigación, Torsten Christensen, de la empresa Novo Nordisk en Dinamarca.

En las cinco áreas de bienestar que analizaron, los investigadores no encontraron diferencias en la percepción de dolor o depresión de la gente baja y la de talla normal.

"La gente baja no siente más dolor o está más deprimida que la gente normal", dice Christensen.

"Pero en áreas como movilidad o actividades diarias los bajos demuestran una percepción mucho más mala que los de talla normal", agrega.

Según el científico, entre más baja es una persona, más pronunciado es este efecto.

"La percepción varía de persona a persona, por ejemplo, un individuo puede tener dificultades al ir al supermercado y tratar de alcanzar las estanterías superiores, o para encontrar una silla de altura adecuada".

"Otra persona puede necesitar modificaciones en su auto para poder operar adecuadamente los pedales", señala el investigador.

Y agrega que "son las actividades diarias que para la gente de talla normal no tienen importancia, pero para los bajos son un obstáculo diario en su vida".

Ideal

Dos centímetros no importan para una persona de talla normal, pero dos centímetros para una persona baja harán una enorme diferencia en su vida diaria
Dr. Torsten Christensen
El estudio no investigó el impacto en la calidad de vida de la gente alta, pero a juzgar por estos resultados quizás también enfrenten obstáculos diariamente.

Por ejemplo, para viajar cómodamente en un avión o en un auto.

Según los autores, lo que observaron es que tan pronto una persona sobrepasa cierto límite, de unos 162 cm en hombres y 151 cm en mujeres, el problema de percepción comienza a disminuir.

"Dos centímetros no importan para una persona de talla normal -dice el autor- pero dos centímetros para una persona baja harán una enorme diferencia en su vida diaria".

Y el impacto es tanto físico, como mental, explica Torsten Christensen.

"Probablemente esto es provocado por los prejuicios sociales y la discriminación que existe contra la gente pequeña".

"Pero el efecto principal se debe a estos desafíos que deben enfrentar en su vida diaria", afirma el investigador.

La estatura baja puede ser resultado del desarrollo normal o causada por varias enfermedades, como deficiencias en la hormona del crecimiento o el síndrome de Turner.



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