Texto: Reuters / AFP
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, instó ayer a sus aliados europeos a tomar una postura común con Washington para evitar que Irán desarrolle armas nucleares.
Bush viajó a París como parte de su gira de despedida por Europa, en la que busca convencer a sus aliados para que incrementen las sanciones contra Irán si la república islámica se niega a aceptar un paquete de incentivos a cambio de suspender sus labores de enriquecimiento de uranio.
Las potencias occidentales sospecha que las actividades atómicas de Irán pueden llevar a la fabricación de ojivas nucleares. El Gobierno de Teherán afirma que su programa es totalmente pacífico.
Antes de llegar a Francia, el papa Benedicto XVI tributó una cálida e inédita despedida a Bush, al recibirlo en los bucólicos y encantadores jardines del Vaticano para agradecerle su defensa de los “valores morales fundamentales”.
Dos meses después de su viaje a Estados Unidos, donde fue cariñosamente recibido en la Casa Blanca, y quebrando el riguroso protocolo de la Santa Sede, el Papa rindió un homenaje excepcional a Bush y a su esposa Laura, a los que recibió de pie, sonriente y al aire libre, frente a la histórica torre medieval de San Juan.
“¡Qué honor, qué honor, qué honor!”, fueron las palabras que Bush dirigió al jefe de la Iglesia católica antes de saludarlo con un apretón de manos.
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