Sarah Rainsford BBC, Estambul |
En los últimos días, el bikini se ha convertido en un símbolo del secularismo turco.
Una empresa fabricante de ropas de baño les pidió permiso a las autoridades municipales de Estambul para poner anuncios de su logotipo, junto a imágenes de pepinos y berenjenas, en las vallas publicitarias de la ciudad.
La firma dice que lo hace como protesta por lo que llama el "absurdo" de que, en un estado estrictamente secular como Turquía, se quieran prohibir los anuncios de bikinis por considerarse demasiado provocadores.
El escándalo comenzó cuando una compañía aseguró que la municipalidad le ordenó que quitara de sus vitrinas una serie de imágenes de modelos en bikinis.
El motivo: que todos los anuncios se deben ajustar al decoro y tienen que ser aprobados previamente por las autoridades municipales.
"Islamización furtiva"
Las compañías de publicidad dicen que, desde hace años, los funcionarios del partido gobernante AK se niegan a aprobar la inclusión de bikinis y ropa interior en las campañas, por lo que ya no se molestan en pedir permiso.
Sin embargo, parece que últimamente los funcionarios se están esforzando más por aplicar las reglas morales.
Como resultado, muchos críticos acusan al AK de tratar de imponer una islamización furtiva, de querer convertir gradualmente a Turquía en un país más conservador, algo que este partido niega.
El alcalde de Estambul dice que los anuncios de ropa de baño no están prohibidos y que las regulaciones municipales sólo tienen que ver con la estética.
Su partido considera que la guerra de los bikinis es un intento más de desacreditarlo, antes de las elecciones previstas para julio.
Pero, consciente de las posibles repercusiones, ha prometido investigar.
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