Redacción BBC Mundo |
Al final la ficción resultó demasiado parecida a la realidad.
El escritor polaco Krystian Bala fue condenado a 25 años de cárcel por el asesinato de un empresario cuatro años después de la publicación de una novela en la que contó detalles de un crimen similar.
Todo se remonta a diciembre de 2000 cuando el cadáver de Dariusz Janieszewski, dueño de una agencia de publicidad, fue descubierto por unos pescadores en las riberas del Río Oder cerca de la ciudad polaca de Wroclaw.
Janieszweski fue torturado y maniatado de forma tal que le fue imposible nadar.
Durante varios años la policía de Wroclaw no dio con pistas que aclararan el misterio. No había motivos ni sospechosos.
Pista en internet
De repente, la investigación dio un giro inesperado cuando un funcionario se topó en internet con una discusión sobre un asesinato incluido en una reciente novela publicada bajo el título de "Amok".
Se trataba de la primera novela de Bala, un egresado en Filosofía, quien describía en el libro con lujo de detalles un homicidio muy parecido al de Janiszewski.
El escritor fue arrestado, pero luego de tres días de interrogatorio, en el que Bala asegura que fue torturado, fue puesto en libertad por falta de pruebas.
La prensa polaca se burló de los desvaríos literarios de la policía, pero los investigadores continuaron atando cabos y descubrieron que Bala había llamado a la víctima el día de su desaparición.
También se encontró que el autor vendió el teléfono celular de Janiszweski en una subasta en internet cuatro días después de ocurrido el crimen.
El móvil
Faltaba un motivo para cerrar el rompecabezas, pero la parte acusadora lo encontró al señalar que Bala sospechaba que Janiszweski mantenía relaciones amorosas con su esposa, de la cual se encontraba separado.
A lo largo del juicio Bala mantuvo su inocencia, asegurando que el caso simplemente le había servido de inspiración al leer su recuento en la prensa.
"El libro no tiene nada que ver con este crimen. No tiene nada que ver con mi vida. Es una obra de ficción", aseguró en días pasados a un grupo de reporteros.
Durante el juicio el escritor coincidió con los fiscales al aceptar que "no hay crimen perfecto".
"Si hubiese tomado parte en este crimen, habría algún tipo de rastro", declaró.
Ciertamente Bala se cuidó de no dejar muchos rastros tradicionales, pero en su momento quizás no imaginó que sería en el cíber espacio que la policía terminaría de encontrar sus pasos.
1 comentario:
Te cuento que no es la primera vez que algo así sucede..creo que fue en Colombia que pasó algo así hace años.
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