domingo, junio 03, 2018

Voyage: Gastroenteritis Depresiva y otros...

Fontaine de Medicis



Subject: Voyage: Gastroenteris Depresiva y otros...
Date: Tue, 20 Apr 1999 03:12:11 PDT

Bonjour amigos,

Ya estoy mejor. Fui al RestaU y comí un poquito, eran unos espaguetis y los toleré bien. Perdí unos cuantos kilitos que tengo que recuperar. Muchas gracias a todos por esas palabras de aliento que me ayudaron a recuperarme. ¿Cómo no voy a vencer?, si cuento con la protección de los angelitos de Mélida, del espíritu guerrero de la UCV, del mi espíritu guía (Simón Bolívar) según la bruja de Cumaná, con el espíritu de Santiago el del Alquimista, con la Virgen del Valle, y ese pocotón de ánimas batalladoras que ustedes me mandaron. Después que leí sus e-mails recordándome todos esos protectores que tenía se me subió el ánimo y me fui chez les grands hommes (El Panteón) para informar a los grandes muertos de mi determinación de vencer.

Después del panteón me fui caminandito a los jardines de Luxemburgo y me senté en una sillita que está frente a un estanque precioso con unas esculturas muy bonitas que está metido entre arbolitos. Ese sitio me gusta mucho porque tiene una gran sensación de tranquilidad y sosiego, ideal para pensar como escondidito ¡que sitio más bonito! (La Fontaine de Medicis). De allí recorrí un poco el jardincito y me puse a ver a unos negritos jugando básquet. Es impresionante como los carajos de aquí no caimanean, sino que juegan con incluso más ordenados y con esquemas ofensivos y defensivos que la selección venezolana que es un desorden individualista. Pero igual nosotros les ganamos...

Ya he empezado a comer, aunque no con el apetito voraz que me caracteriza y me lleno rapidísimo, con casi nada y me dan muchas nauseas después de comer. Pienso que son los nervios los que me tienen así, pero Nelson piensa que me dio gastroenteritis probablemente por el perro caliente del Hyde Park. ¿Quién puede creerlo, después de haber comido cuanta asquerosidad venden en todos los carritos de perro calientes y hamburguesas de Venezuela, de ser pana de Adelmo, el perrero del aula 35, de comer en Don Pepe casi todos los días y en Plaza Venezuela, en Baruta y en todas las calles del hambre del país, en Las Mercedes y en Barrilito, me vengo a enfermar de Gastroenteritis en el Hyde Park de Londres, un lugar de lujo en donde vivía la princesa Diana ¡qué bolas!, a lo mejor el estado nervioso en el que estoy me bajó las defensas, aunque mi hipótesis principal es que cuando comía asquerositos en Venezuela estaba protegido por el alcohol que tenía en el estómago. Entonces ya tengo la solución, cuando coma hamburguesas en Hamburgo me beberé una cerveza alemana y cuando coma un ...

Carrefour de l'Odéon
Ya se me olvido que hice el fin de semana: conocí a una venezolana amiga de mi cuñada y me tome un café con ella. Y terminé peleando con ella casi sin conocerla. Hice un RDV con ella para encontrarnos en la placita que está en Odeón. Yo siempre llego temprano a los sitios, por una parte por el síndrome de puntualidad extrema y por otra parte para estudiar el terreno. Dicen que el que llega primero tiene la ventaja, y cuando llegué ya estaba ella sentada comiéndose las uñas toda nerviosa como si estuviera haciendo RDV con el último tren que si no lo agarraba no se casa. Entramos al café que queda allí mismito, uno bien caro por cierto, y no nos habíamos sentado en la mesa cuando empieza a hablar mal de Venezuela y en francés, una caraja que es de Oriente. Ya por ahí empezamos mal, debió haberme hablado en oriental. Después hablando me entero que está becada estudiando arqueología, lo cual me pareció bastante interesante, pero luego me añade que se especializa en arqueología romana. ¿Romana, y quién te beca?, la respuesta era que el gobierno venezolano la becó y ella eligió estudiar arqueología romana. ¿Y eso sirve de algo al país que te subsidia la vida en París? ¿Piensas regresar a Venezuela? La respuesta negativa me cabreó. Deberías renunciar a la beca, le dije. Ella me contestó o yo en tono irónico le dije que habían descubierto ruinas romanas en Barinas y la mandé al zipote.   

¿Qué hacía ese barco con una
bandera venezolana en el Sena?
También hice cosas más productivas, le enseñé a jugar “carga la burra” a las brasileñas y ellas me enseñaron a jugar canasta, y fuimos al Museo del Homme. Cuando íbamos al Musée del Hômme en Trocadero (íbamos Carmen, Nelson, Cristina, Fernanda, Sara, Ludovic et moi) decidimos quedarnos en Les Invalides e irnos a pie, y cuando estábamos atravesando un puente que cruza el Rio Sena cerca de Les Invalides y de la Torre Eiffel, veo que uno de los barquitos que estaba apostado a las orillas del Sena tenía la bandera venezolana, la vi desde lejos y dije oh, la, la y salí caminando rápidamente y después corriendo y los demás no sabían que estaba pasando. No se imaginan cuanto lloré al ver mi bandera allí en un barco. Bajé, me monte en el barco, pero no vi nada, no había nadie en él. Me tomaron una foto parado firme con vista a la bandera al lado del barco.

El domingo en la noche hicimos la fiesta para despedir a José. La fiesta estuvo mortal y todo el mundo bailó saltando sobre las camas. Creo que estaban drogados.

Saludos.

Luis Manuel

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