domingo, junio 03, 2018

Voyage: La primavera en París




Subject: Voyage: La primavera en Paris...
Date: Mon, 03 May 1999 02:01:36 PDT

Voilà mes amis,

Espero no haberme equivocado, pero parece que por fin la primavera llegó a París. Fueron excesivamente duros los 6 meses de invierno que pasé aquí. El invierno no sólo es frío, es también viento, lluvia, cielo gris, falta de sol, depresión y muy especialmente el mal carácter de los parisinos. Sobretodo esto último. Cuando salía a la calle salía dispuesto a luchar contra todos estos elementos, pero a veces uno era el derrotado.

La primera sensación que siento con la primavera es de libertad, libertad de poder sentarme en una placita o de echarme en la grama, de librarme del ropero que llevo siempre puesto, y del paraguas. Libertad de salir a la calle sin tener que mirar antes el termómetro, etc. Pero además, la primavera ha traído como efecto colateral algo que no me esperaba:  ha mejorado el carácter de los coños de madres mas coños de madres del universo entero:  los parisinos.

Les hago un recuento del fin de semana....

Randonnée

Aunque parezca increíble, uno puede llegar a aburrirse muchísimo en Paris. En mi caso, parece que ya me he visitado todos los lugares gratuitos que hay en esta ciudad, y nos encontrábamos Nelson y yo superultrarequeteaburridisimos en su cuarto cuando me dijo: si por lo menos alguien te prestara unos patines, saldríamos a patinar por ahí. Entonces mi mente que ahora se volvió en modo calculadora económica empezó a sacar cuentas: ¿Qué pasaría si aprendo a patinar y me puedo ir patinando a la universidad? Primero, es más rápido que cualquier otro medio de trasporte público, tardaría como 15 minutos para llegar a Jussieu en patines. Segundo, a lo mejor no me compraría la Carte Orange y me ahorraría algunos francos mensuales. Además, actualmente  en París los patines están de moda y la actividad social sobre ruedas es impresionante entre la juventud. Bueno, decidido, Nelson, ¿por qué no vamos por ahí a ver patines?. Salimos y en Go Sport de Châtelet Les Halles me compré unos Roller Blades que me costaron 320 Fr (como 30000 Bs al cambio). Me puse a practicar ese mismo día, pero no me atreví a ir a la randonnée de la noche porque aun no tengo el nivel como para eso. Entonces, vino un pendejo llamado Alex novio de la belleza Virginie me los pidió prestados y yo de pendejo se los presté. Resulta que me los rompió, y no solo eso, porque a lo mejor no fue su culpa, sino que no se atrevió a darme la cara y fue ayer que fui a buscarlos, yo mismo, porque él no fue a devolvérmelos. Inclusive me lo encontré por las escaleras y se hizo el que no me vio, y eso es el que se las da de machito. Estos franchutes…

El viernes entonces, en vez de irme a patinar, me fui a la fiesta en la Maison de Suecia en donde me encontré al nuevo grupo de españoles. Estuve hablando de fútbol con ellos un rato, me presentaron a varios españoles más y me devolví como a la 1 am.

Café Procope, primer café y primera heladería del mundo (según)
El Sábado ayudé a Cristina (Brasil) a mudarse al 5to piso. Después fuimos a comer al Mc Donald’s (el 1 de mayo no hubo RestaU). Al regresar continué ayudándola a mudarse y después de eso nos íbamos a pasear por Pigalle (que aún no lo conozco) cuando nos encontramos a Pascal (un francés que es medio tonto) y nos dejamos llevar por él para el canal Saint Martin. Nos acompañó una de las gringas nuevas que se llama Jenny. En la noche íbamos a llevar a pasear a la hermana de Fernanda, la otra brasileira, que vino de Londres. Las brasileñas le sacaron el culo a Pascal y nos fuimos a pasear por L'Île de la Cité, por la Rue Dauphine, nos comimos unos Crêpes (yo me comí uno de nutella y otro después de atún con queso, ya el apetito me mejora aunque no pude con la segunda crêpe). Pasamos por el Café Prôcope, el más viejo del mundo, que era como el Aula 35 o el Toldito Rojo para Voltaire, Napoleón, Benjamín Franklin, etc. Llegamos al Boulevard Saint Germain, pasamos por el Café Odeón, seguimos hasta el Boulevard Saint Michel, pasamos por la placita de La Sorbona, los jardines de Luxemburgo, El Panteón y como siempre terminamos en la Rue Mouffetard.

Para mi en París, todos los caminos conducen a la Rue Mouffetard
Ayer domingo almorcé con Claudia en el RestaU. Después me fui con Belén, Nacho, un Sueco, la japonesa que solo habla japonés y una amiga de Belén que es francesa de madre polonesa. Fuimos a un paseo que era una antigua vía de trenes encima de la ciudad y que ahora está lleno de árboles. Eso queda cerca de La Bastilla (Rue de Reuilly). Después nos fuimos al Jardin de Plantes, luego pasamos buscando a la hermana de Corine (la francesa polonesa) por su casa cerca de la mezquita y esta nos llevo a un barcito que queda por allí que resultó ser un bar brasileño (cuando las brasileñas se enteren). Me tome una guaraná y caímos al final a cenar una crêpe en la Rue Mouffetard ya que los domingos no hay cena en el RestaU (como siempre todos los paseos terminan en la Mouffetard). Nos devolvimos a la CiteU y en la noche me fui a acompañar a unos franceses a comer en la gramita de la CiteU. ¡Qué bueno es tener buen clima! Ayer hizo el máximo desde que estoy aquí:  25 grados. ¡Qué alivio!, ¡aunque ya en 20 grados me estoy muriendo de calor!

Ahora estoy de nuevo aquí trabajando, ya se acabaron las vacaciones, pero ahora viene el mes de mayo, el mes de las huelgas, en el país de las huelgas.

Saludos y escríbanme por favor que me tienen olvidado y estoy aburridísimo....

Luis Manuel

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