Subject: Voyage: En Mayo
nadie trabaja en París...
Date: Mon, 17 May 1999 02:57:31 PDT
Voilà mes amis,
EN
PRIMAVERA, PARIS ES UNA FIESTA
Como
decía Hemingway en su libro “París est une fête”, en París, cuando llega la
primavera, la única preocupación consiste en ser lo más feliz posible. Y esto
como que es verdad, aún en la falsa primavera. Digo falsa, porque aquí de repente
y sin aviso se instala el invierno de nuevo. Entonces, en mayo, parís es una
fiesta y en consecuencia como que aquí nadie trabaja, o por lo menos hacen todo
lo posible por no trabajar. Esta semana hubo otro día feriado, yo en realidad
no sé bien que es lo que estaban celebrando, parece que la Ascensión y la
bajada del Espírito Santo, yo no sabía que los franceses fueran tan religiosos,
son tan religiosos como los bancos en Venezuela. Yo creo que eso forma parte
del buen vivir, sencillamente no quieren trabajar a comienzos de la primavera y
se inventan feriados y huelgas, y después dicen que los flojos somos los
latinoamericanos. De una vez deberían declarar al mes de mayo como no laborable
y sincerar las cosas, ellos no trabajan porque tienen colonias, tienen esclavos
en África y hasta nosotros mismos. Nosotros trabajamos para ellos y terminamos
nosotros siendo los flojos, como cuando la esclavitud.
TRIPLE
FIESTA EL MIÉRCOLES
1.-Fiesta
en el INA:
El
miércoles cuando llegue de la Universidad estaba aburridísimo. Ayudé a mudarse
a Alice, una francesita muy bonita que me dejó todas sus matas. No sé porqué me
dejan las matas a mí. Ya mi cuarto parece una selva húmeda tropical. Creo que
es porque saben que yo soy el que tengo la calefacción más alta.
Después
me conseguí a Manu, una francesa que vivió de pequeña en Colombia. Manu me recordó que había la fiesta de fin de
curso en el INA y para allá me arranqué…
Cuando llegue sólo encontré a Sara, una francesa de padre español, y
ella me sirvió un traguito de una bebida del sur de España que era como anís.
Ese día quería emborracharme y así liberarme un poco del stress que tenía, pero
parece que es imposible que me emborrache en París: ¡bebo y bebo y no me pasa
nada! Luego, al rato, llegaron José y Marcos y seguí bebiendo cada vez más
seguido y ni un mareíto. José intentó llevarme el ritmo de bebida y desistió,
empecé a mezclar y parecía que mientras yo bebía eran los otros los que se
emborrachaban. Especialmente los franceses quienes ya adquirían su color rojo
que los caracteriza cuando están jumos.
La
fiesta, que en un principio tenía pronóstico de aburrida, empezó a animarse a
medida que los franceses perdieron el control de la bebida; y eso empezó a
convertirse en un desnalgue. Todos los tipos empezaron a treparse encima de las
mesas y su comportamiento no estaba acorde con lo que hacían en otras fiestas.
En principio estábamos extrañados, nunca comprenderíamos a los franceses, pero
luego entendí que lo que pasaba era que como era su fiesta de fin de curso, el
desnalgue era obligatorio y planificado además. Así todo parecía de nuevo ser
muy francés.
Sonia
estaba en la fiesta y me ponía cara de tristeza. Yo que tenía más de 2 semanas
molesto con ella, decidí reconciliarme y la fui a buscar. Nos reconciliamos y
me dijo: “mis amigos de verdad dicen que soy una de las mejores amigas del
mundo”. La verdad es que no cambia, pero no importa, la quiero igualito así de
bruja como es.
Cuando
la fiesta empezó a bajar de tono nos fuimos a comer unas crèpes ala Rue
Mouffetard, que queda allí mismito, y luego nos regresamos a casa. A mi la
bebida lo que me dio fue sueño y al llegar lo que hice fue lanzarme a mi
camita. Pero no me dejaron dormir, porque se aparecieron seguido y por
diferentes motivos: Sonia, Marcos, Roberto, Fernanda, etc, etc. hasta que por
fin pude acostarme a dormir....
2.-
Fiesta debajo de mi chambre:
Al
ratico sonó el teléfono y era Cristina: ¿Quieres
venir a la fiesta que hay abajo? Y yo como soy taaaaan duro le dije, ¡siiiiii!.
Las
brasileñas me presentaron a una muchacha, amiga de ellas, que cuando supo que
yo era de Venezuela se puso toda contenta y me dijo: conozco Venezuela, y yo por supuesto que empecé a pegar brincos.
La muchacha había ido en velero hasta Venezuela y había estado en Puerto la
Cruz, Mochima, Paria, etc. y me decía que eso era lindo: las montañas con la
vegetación bajando directamente al mar, etc.
Y yo estaba que saltaba de la emoción. Imagínense, no había estado sólo
en Venezuela sino en mi Estado Sucre, aquel que cuando regreso de Caracas y veo
el letrero: Bienvenidos al Estado Sucre y veo el paisaje más bonito del mundo se
me salen las lágrimas de la emoción (cosa que no es muy difícil en mí que soy
muy emotivo). Como las brasileñas
viajaban al día siguiente nos acostamos temprano, me despedí de ellas y a
dormir…
3.-
Fiesta Española:
Cuando
me acosté a dormir por n-ésima vez, se apareció en mi cuarto Cissé, el conserje
de la residencia, y me dijo: vámonos a la fiesta que tienen los nuevos españoles
en el 2do piso en el cuarto de Gema (Canaria). Fuimos y había más de 20
personas en un cuarto de 13 m2 mobiliario incluido. Estaban tocando guitarra, me
dieron ron Canario y me empiné la botella. Al final de la madrugada se fueron a
la grama, pero yo me quede a dormir en mi cuarto...
Luis Manuel
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