La palabra "ojalá" no viene del árabe إن شاء الله (in sha'a Allah) "si Dios quiere", como tantas veces se repite, sino del árabe لو شاء الله (law sha'a Allah) "si Dios quisiera". La prueba está en que no se puede colocar "ojalá" en los mismos lugares que "si Dios quiere". Por ejemplo, si uno va a acostarse y le dice a su madre: "hasta mañana, si Dios quiere", su madre duerme feliz. Pero como le diga: "hasta mañana, ojalá", su madre no pegará ojo llorando de pensar que su hijo va a tener serias dificultades para llegar al día de mañana. En árabe la partícula إن (in) se emplea para una condición real, que en español expresamos con el verbo en tiempo presente, "si Dios quiere". Y la partícula لو (law) se emplea para la condición irreal, tanto si es posible como si es imposible, que en español expresamos con el verbo en imperfecto de subjuntivo cuando es posible, "si Dios quisiera", o en pluscuamperfecto de subjuntivo cuando es imposible, "si Dios hubiese querido". Por eso la frase árabe que origina nuestro "ojalá" es la expresión de un deseo que por el momento no es real, aunque no se descarta la posibilidad: "ojalá" = "si Dios quisiera". La otra condicional, la real, se emplea para el futuro cierto: "mañana pasaré a verte (si Dios quiere)"; ésta, la irreal, se emplea para el futuro incierto: "Cómo me gustaría poder pasar a verte (si Dios quisiera)". La fórmula se pronunciaba en el dialecto árabe andalusí "lawsha'alláh", luego "lawshallá", luego "loshalá", y el castellano antiguo la tomó con aféresis de la l- inicial, "oxalá", que dió lugar al español "ojalá".
2 comentarios:
Me encanto!
Hey LuisMa.. por posts como este... es que sigo en Veneblogs.
Realmente interesante saber de donde salió el bendito ojalá.. los arabes.. siguen confabulando no? jeje
Publicar un comentario