Mariana Martínez Columnista, BBC Mundo |
"Recuerdo desde pequeño cuando mi abuela guardaba sus ahorros bajo el colchón", me dijo Alejando Domínguez, un lector de BBC Mundo, mientras discutíamos sobre las causas de la debilidad del billete verde en un pequeño café del centro de Bogotá.
"Me aconsejaba que comprar dólares era lo más seguro para protegerse de las malas cuentas que hacen los políticos, pero ahora parece todo lo contrario", me explica muy preocupado Alejandro.
Alejandro no es el único, es uno de los tantos millones de inversores en el mundo que se pregunta qué le está pasando a la moneda que tradicionalmente ha sido considerada como una de las más fuertes en los mercados internacionales y un refugio seguro a la hora de protegerse de la inflación y los vaivenes de las economías locales.
Esta preocupación es real y se debe a que el dólar ha venido perdiendo terreno frente a otras monedas fuertes y consideradas de referencia en los mercados internacionales, como lo es el euro y la libra esterlina.
¿Qué le pasa al dólar?
La caída del dólar frente a las divisas internacionales no comenzó de la noche a la mañana.
Detrás de esa debilidad se esconde el "doble" déficit, comercial y fiscal, que arrastra la economía estadounidense desde hace ya algunos años.
El problema está en que EE.UU. importa más bienes y servicios de los que exporta, debido más que nada al alto poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses que demandan cada día más productos extranjeros.
Esta explosiva demanda ha hecho que el déficit comercial se ubicara en 2006 en la cifra récord de US$763.000 millones y represente el 8,5% del Producto Interno Bruto (PIB).
Pero ¿cómo esta compra desenfrenada de bienes extranjeros perjudica al dólar?
Muy sencillo, los importadores estadounidenses, al comprar bienes y servicios provenientes del exterior para satisfacer la creciente demanda interna, deben cambiar dólares por las monedas en las que se venden esos productos.
De esa forma, incrementan la oferta o disponibilidad de billetes verdes en el mercado, mientras que, al mismo tiempo, en el exterior, la cantidad de consumidores interesados en adquirir dólares para pagar por los productos y servicios estadounidenses es menor.
Al ponerse en acción la ley de la oferta y la demanda, el dólar se deprecia o pierde valor, al existir menos personas demandando esa moneda y una mayor oferta de la misma.
Pero no sólo eso. A lo anterior se suma que EE.UU. sufre también de un abultado déficit fiscal que se ha acelerado en los últimos cinco años.
La economía estadounidense gasta más de lo que recibe por ingresos. Y esto se debe fundamentalmente a los mayores niveles de gastos debido a la guerra en Irak y la seguridad interna como producto de la lucha contra el terrorismo, junto a la reducción en los impuestos que ha venido haciendo el gobierno estadounidense.
Y el favorito es...
La debilidad del dólar también se debe a los rumores de que el Banco Central de China, que tiene el 72% de sus reservas internacionales en dólares, la más grande del mundo, está interesado en hacer un cambio en su política de diversificación de sus activos.
Esto podría significar una venta masiva de dólares en los mercados mundiales -o activos nominados en dólares-, y por ende, una fuerte caída en la cotización de esta moneda.
De hecho, China y otros bancos centrales el mundo, ya han comenzado a cambiar parte de sus reservas de dólares por euros, en los mercados internacionales.
El euro, divisa que ha ganado más del 50% frente al billete verde en los últimos cinco años, se ha convertido en la "nueva" moneda refugio y la favorita de los inversores a nivel mundial.
¿Qué podemos esperar?
Si bien no es de esperar una venta desenfrenada de dólares en los mercados internacionales, lo que está claro es que el billete verde seguirá débil por un buen rato.
Mientras que Estados Unidos continúe decido a seguir gastando en la guerra en Irak y en la seguridad interna, y con ello aumentando su déficit fiscal, así como también, importando más de lo que exporta para satisfacer su creciente demanda -agrandando su déficit comercial-, el dólar seguirá tambaleando en los mercados internacionales.
Y los inversores, ante las poco atractivas tasas de interés que ofrecen los títulos estadounidenses, continuarán buscando refugio en valores más rentables.
Por lo que cada vez será más difícil que el dólar recupere el título de la moneda más segura y atractiva de los mercados.
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