jueves, agosto 04, 2005

Ser rebelde y energético

Ser rebelde y energético

Sergio Correa
Alemania

Schönau
Schönau es el primer pueblo abastecido por energía ecológica.

Los habitantes del pueblo de Schönau en la Selva Negra, en el sur de Alemania, compraron el tendido eléctrico local y crearon así la primera localidad del mundo abastecida exclusivamente por energía ecológica.

El grupo, organizado por el médico Michael Sladek y su esposa Ursula, se autodenominó "rebeldes energéticos".

Sus actividades comenzaron poco después del desastre de la central atómica rusa de Chernobyl en 1986. Lo primero fue iniciar un movimiento antiatómico y buscar alternativas a la producción de energía eléctrica por centrales nucleares.

Comenzaron con planes de ahorro de energía y la promoción de centrales hidroeléctricas, pero la falta de respuestas a sus planteos los llevó a dar el siguiente paso: comprar la red eléctrica del pueblo de 2.500 habitantes.

De rebeldes a propietarios

Con una campaña de recolección de fondos a nivel comunal y regional, el grupo logró comprar el tendido eléctrico local a la empresa Rheinfelder.

El precio fue extremadamente alto, alrededor de US$3.6 millones, frente a un estimado inicial de US$2.1 millones.

Iglesia
Una iglesia con páneles solares.

Esta semana, sin embargo, la justicia alemana ordenó a la empresa Rheinfelder que devolviera a los "rebeldes" más de US$1.5 millones de sobreprecio.

Entre 1999 y 2003, los "rebeldes energéticos" construyeron 624 sistemas de generación descentralizados (plantas solares, hidráulicas y de bio-gas), todos propiedad de la ciudadanía.

Los flamantes dueños prometieron a sus clientes que obtendrían energía 100% renovable y que por cada Kilowatt/hora utilizado, unos US$0,75 se destinaron a un fondo para la creación de nuevas plantas de energía renovable.

Ecología floreciente

La Empresa Eléctrica Schönau tiene ahora más de 30.000 clientes y su objetivo es expandirse a toda Alemania.

Actualmente las plantas de energía atómica generan el 28% del consumo eléctrico de Alemania.

Queremos que nadie esté obligado a darles dinero a las plantas de energía nuclear y ese es el lenguaje que los proveedores nucleares entienden: el lenguaje del dinero. Es como decirles : sólo debe ser producido lo que la gente realmente quiere
Ursula Sladek

Aunque el gobierno socialdemócrata verde fijó el año 2020 como plazo para desactivar la última planta nuclear en suelo alemán, el probable triunfo de los conservadores en las elecciones de septiembre podría revocar este plazo.

Mientras tanto los "rebeldes energéticos" se dedican a dar seminarios y cursos sobre las ventajas de su sistema en Alemania y el extranjero.

La viabilidad económica parece estar demostrada; la empresa crece sin pausa y sus beneficios se reinvierten para asegurar la sustentabilidad del modelo.

Ursula Sladek está convencida que la conciencia de esta alternativa obligará a los productores de energía a recapacitar.

"Queremos que nadie esté obligado a darles dinero a las plantas de energía nuclear y ese es el lenguaje que los proveedores nucleares entienden: el lenguaje del dinero. Es como decirles : sólo debe ser producido lo que la gente realmente quiere", comentó Sladek a la BBC.

Los más de 10 premios nacionales e internacionales que ha obtenido la pareja de fundadores Sladek no son sólo ecológicos; también son de eficacia económica y como modelo de participación ciudadana.

Ahora la ciudad de Schönau vista desde las colinas de la Selva Negra luce plateada; no son sus ríos, sino los paneles solares sobre los tejados de sus casas.

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