domingo, diciembre 03, 2017

Voyage: Me voy para Ámsterdam (V-Amberes II)

Aquí estoy yo frente a la Catedral de Amberes.


Date: Mon, 22 Feb 1999 07:52:15 PST
From: Luis Manuel Hernandez Ramos
Subject: Voyage: Me voy para Ámsterdam ...(V) Amberes II

Aquí estoy otra vez....

AMBERES II.-

Nelson y Sofía habían agarrado un folletico sobre Amberes y sólo entonces nos pudimos dar cuenta de la ciudad en la que andábamos metidos. Como no podíamos decidir qué era lo que íbamos a hacer, hacia donde íbamos a partir, al final, optamos por la opción de Sofía que quería dar una vueltica por Amberes y conocer el museo del Diamante.

Conseguimos al fin un estacionamiento techado para el carro (ya que teníamos las maletas allí). El estacionamiento quedaba justo en la plaza más céntrica de la ciudad, al frente del Hilton. Visitamos la Catedral, que es impresionante, aunque no tan bien mantenida como las francesas. Al principio yo me negaba a pagar por entrar a una iglesia, pero al final valió la pena, porque más que una iglesia es un museo.
Gran plaza de Antwerpen (Amberes)

Nos moríamos de hambre y estábamos buscando un sitio en donde comer. Un sitio barato, y gracias a Dios, Sofía se negó a comer en el Mc Donald’s (Nelson había decidido que el Mc Donald’s era el único lugar seguro de Europa). De repente encontramos un restaurante italiano en una esquina céntrica, y vimos los precios más o menos buenos, y lo que era mejor: ¡20 % de descuento para los estudiantes! Ese cuento no lo creímos del todo hasta que nos asomamos y vimos a montones de jóvenes comiendo. No sólo era barato el lugar, sino que era bonito, bueno y los platos eran para reventarse. Además, la atención era magnifica. Cuando entramos, preguntamos al tipo si hablaba en inglés o francés y el carajo nos contestó: inglés, francés, italiano, aleman,
español, lo que tu quieras (¡y era mesonero!). En verdad nos encontrábamos en una ciudad de políglotas. En ninguna otra ciudad del mundo hay tantas personas con 4 idiomas como en Amberes. Yo lo interrogué: ¿En Espanhol? y el tipo comenzó a hablar en un español mejor que el nuestro. En verdad estábamos impresionados. Los mesoneros parecían marineros llegados de otros confines, de todas las nacionalidades, y entre ellos se entendían en italiano. Le preguntamos al mesonero nuestro de donde era: ¡Pues, de España! ¡Con razón! Muy amable y muy simpático. Dada la cara de limpios que teníamos hasta nos ofreció que tomáramos agua si queríamos y no refrescos que son muy caros. No solo almorzamos allí, sino que también cenamos. Bye bye Mc Donald’s.

Nos dirigimos a la plaza a tomarnos unas fotos y en eso nos sorprendió una Rubia requetebuenisima y bellísima (aunque artificialmente), como de 2 metros (parezco Freddy con la obsesion por la altura),  preguntándonos en español que de donde éramos. De Costa Rica nosotros, le dijo Nelson, y él (yo) de Venezuela. En eso la chica comenzó a dar brinquitos. ¡Viva, viva, igual que yo! Yo mantenía la esperanza de que fuera venezolana, por aquello de las misses, pero no, era de Costa Rica. Me quejé inmediatamente ante Dios y ante ellos: ¿cómo es posible que yo aquí en Europa no me he conseguido a  ningún venezolano (y eso que somos más de 20 millones) y ustedes que son de un paisito tan pequeño como Costa GRrrica consiguen paisanos en Amberes, y así tan buenotas?. Ella los había reconocido por el acento. ¿Qué hacéis aquí? preguntó, y le respondimos que andábamos de turistas. Ella dijo: - Estoy aquí estudiando belleza y no pude contenerme de decirle un piropo: - Debes ser una estudiante muy avanzada, y le gustó el piropo jajajaja. Muy amablemente se pegó de nosotros. Ella esperaba a un amigo Chileno y cuando llegó el chileno, lo convidó a enseñarnos la ciudad. Nos tomaron fotos y en una de las fotos yo le dije a Mónica (así se llama la muchacha) y al Chileno que se tomaran una foto conmigo de recuerdo, pero el Chileno no quiso. Mónica me abrazó y nos hicimos la foto. Por el abrazo y el recibimiento, pude deducir la falta de calor latino que ella debe sentir por esos lares (y que el chileno no le está proporcionando, seguro), aunque su mamá vive en Bélgica con ella (su mamá está casada con un belga). Ella quería que nos quedáramos para ir a bailar, pero según Sofía ese mismo día debíamos partir ( no sé quién dijo eso, pero no quisimos contrariarla). La chica me invitó a Amberes y me puedo quedar en su casa y todo. También los invitamos a ellos a París. Así somos los latinoamericanos.

Con Mónica.
Como supuestamente debíamos partir, Mónica nos indicó como podíamos ir en metro al Museo del Diamante y nos despedimos hasta la próxima.... Como ya les dije, Amberes es la Capital Mundial del Diamante y allí se tallan el 85% de los diamantes del mundo. En Amberes, los diamantes son baratísimos en comparación a otros países, y no hay nada más peligroso que pasear por Amberes con una mujer que tiene tarjeta de crédito. Nelson y yo contemplamos, con nuestras caras de becarios que comen todos los días en el Restaurante Universitario, como Sofía se compraba un anillo de diamantes ¡Pensar que para sobrevivir nos habíamos robado las servilletas del Mc Donald’s y los quesos en el RestaU! (para desayunar ya que no hay RestaU en la mañana). ¡Sofía era toda una magnate!, aunque luego debimos esforzarnos mucho para quitarle el remordimiento de conciencia. En verdad el diamante sólo costó 333$ y era de gran calidad y de 0.27 quilates en un anillo de oro  18. Eso es muyyy barato y consolé a Sofía diciéndole que cualquier cosa en Costa Rica lo podía vender por 4 veces su precio o dejárselo a Sofía III en herencia diciéndole: Esto me lo compre yo en Amberes porque tu Abuelo Nelson era un limpio no me lo pudo regalar. Por cierto, la cara nerviosa de Nelson cuando la tarjeta de crédito con palmeritas de Sofía no pasaba. ¿Tendría que pasar la de él? Jajaja. Pobrecito.

Castillo Steen
Después que cenamos partimos hacia Delft, Holanda, en donde nos esperaba
un costarricense amigo de Sofía. El se ofreció a darnos alojamiento en su casa y eso era maravilloso....

Continúo en el próximo mail...


Luis Manuel

Nota: Volví luego varias veces a Amberes. Es una de mis ciudades preferidas.

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