sábado, diciembre 02, 2017

Voyage: Me voy para Ámsterdam, o a donde me lleve el destino (II)



Date: Mon, 22 Feb 1999 05:55:52 PST
Subject: Voyage: Me voy para Amsterdam, o a donde me lleve el destino..(II)

Voilà Amigos,
  
Continúo con el recuento...

EN CARRETERA

Como es lo normal en mi vida, comenzamos el viaje perdiéndonos…

Aquí en Europa agarrar autopistas no es tan fácil como en Venezuela. Aquí hay millones de autopistas diferentes entrelazadas, cada una con numeraciones locales, regionales, nacionales, europeas y mundiales; y a pesar de que llevábamos un buen mapa de carreteras, lo primero que hicimos fue desviarnos hacia Lyon, es decir hacia el sur.

No encontrábamos como salir de esa autopista y tardamos como 20 minutos viajando hacia el sur. Se me ocurrió decir, a lo mejor así llegaremos a Italia, y no era en broma, si seguíamos así tendríamos que recobrar nuestro itinerario original. Hasta que por fin encontramos el retorno y ahora solo había que buscar la autopista hacia Brujas, pasando por Lille (hacia el norte). Caímos de nuevo en el anillo que da la vuelta a Paris y le dimos como 3 vueltas antes de encontrar la vía que buscábamos. Creo que tuve hasta vértigos.

Por primera vez tuve la oportunidad de mirar a Francia como un país industrializado. Nunca antes había visto nada excepto el interior del anillo más cerrado de París, porque cuando fui a Barcelona el viaje fue de noche y no pude ver nada. Estaba impresionado por la cantidad de industrias. ¡Como han de contaminar!, En Île de France, que es como el Distrito Federal, se genera por lo menos el 20% del PIB francés.

Cuando por fin logramos tomar carretera, empezamos a ver el paisaje, bueno, dice uno el paisaje, porque en realidad no había una sola cosa que no estuviese puesta allí por el hombre. Hasta las maticas. En realidad, Francia es un país plano y monótono, al menos por esa región. Muy bonito, pero aburrido.

 El clima nos empezó a tratar peor, como si quisiera decirnos: - Pendejos, ustedes son los únicos latinoamericanos a los que se les ocurre ir hacia el norte en invierno. Como yo andaba muerto de sueño y tosiendo mucho, me medio dormí un poco con la recomendación médica y  bajo promesa de que me despertarían cuando cambiara en algo el paisaje. No quería perderme nada, aunque me sentía bastante mal. Me desperté yo mismo antes de llegar a Lille y nevaba lloviendo (todavía no he encontrado una palabra para cuando nieva y llueve al mismo tiempo, creo que lo voy a llamar: El clima ladillaba). 

Tenía ganas de ir al baño, al igual que Sofía, por lo que nos paramos en un gigantesco hipermercado Aucham en medio de la carretera, y pasamos como 1 hora abasteciéndonos de mariqueras. La gente allí era muy amable. Cada vez nos dábamos más cuenta de que los hijos de p... que son los parisinos. Continuamos camino de nuevo y pasamos la frontera con Bélgica, que es como si no hubieses pasado nada porque la frontera ni se nota al salir. De Francia te dejan salir, el peo es entrar, luego les contaré sobre eso.

En Bélgica, el paisaje cambio un poquitico. Uno veía de vez en cuando unas vaquitas. Hasta que por fin llegamos a Brujas y comenzó de nuevo el dilema de como entrar a la ciudad. Le dimos nuevamente como 3 vueltas al anillo (el ring es una autopista circular que rodea a las grandes ciudades europeas) y entramos. Resulta particularmente difícil entrar a una ciudad de estas en la que no conoces el idioma y con una señalización totalmente diferente a la que uno está habituado ¿no y que era internacional?  Estuvimos perdidísimos en Brujas, hasta que por fin encontramos un cartel que decía Centrum. A pesar del cartel,  tuvimos que guiarnos por la intuición y hasta adivinar arriesgando hasta que por olfato llegamos al centrum, o centro de la ciudad.

  Brujas tiene fama de ser una de las ciudades más hermosas y románticas  del mundo, y yo me encontraba allí de lamparita de una pareja, pero yo se los había advertido y ellos me invitaron igual.

Continuará en otro correo...


Luis Manuel

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