domingo, diciembre 03, 2017

Voyage: Me voy para Ámsterdam (VI- Delft)


Holanda

Date: Mon, 22 Feb 1999 08:38:17 PST
Subject: Voyage: Me voy para Amsterdam... (VI)

Aquí les viene la parte VI de este testamento...


¡Y por fin llegamos a Holanda ..........!

En Holanda me sentía como en la etiqueta de una lata de leche importada. El mismo verdecito, a pesar del invierno, las vaquitas, las ovejas, los molinos de viento, y las superautopistas, porque si hay un país en que las autopistas son arrechisimas ese es Holanda (aun no conozco Alemania). Me pareció que todo el país era súper desarrollado y con una gran densidad de población. Me dije a mi mismo: Francia es subdesarrollado al lado de esto. ¡Se veía tecnología por todos lados! Hasta la señalización de los límites de velocidad máxima en las autopistas eran electrónicos, y dependiendo del tráfico ese límite podía cambiar, era dinámico, 180 Kph, 190 Kph, 200 Kph, y si no había tráfico de repente podía decirte: ¡No limit!.

Pasamos por Rotterdam pero no entramos y cruzamos por un puente modernísimo un río con una importancia histórica enorme: El Río Rin (ya no sé ni cómo escribir las cosas después de este enredo de idiomas).

Pepe Delgado (el de Araya)
Logramos encontrar al fin la autopista hacia Delft y llegamos en un santiamén. Ahora claro, quedaba otra vez el problema de entrar a una ciudad sin mapa y sin puta idea de las ubicaciones. Como de costumbre, nos equivocamos de nuevo y fuimos a parar de pronto a una carretera rural, sin ninguna señalización, solo molinos. Estábamos nuevamente perdidos y no había nadie a quién preguntarle hasta que encontramos a un nativo trotando que era igualito a Pepe Delgado Rivero pero viejo. Recordé que Araya estuvo dominada por los Holandeses en el Siglo XVI y que estos dejaron claramente su huella genética (Pepe Delgado es Arayero), Pepelft Delftgaaado Riveelrksro (así debe llamarse el nativo) nos indicó el camino muy amablemente en inglés (su madre con los parisinos que nos tienen ya con miedo de preguntar).

Delft

Delft es una ciudad bellísima, con canales también como Brujas, es una ciudad universitaria. De nuevo divisé la torre de la iglesia y nos dirigimos hacia allá, pero no pudimos pasar. Estacionamos el carro y marcamos las coordenadas con tal de no perderlo. No teníamos dinero en moneda local (ya yo conocía el Florín por Aruba y Curazao). Tampoco teníamos tarjeta telefónica para llamar al amigo de Sofía. Yo me dije, si estuviéramos en Cumaná tal vez alguien nos haría el favor de regalarnos una llamadita de teléfono al muchacho Tico este, ¿cómo es que se llama?, lo voy a llamar Jorge mientras me acuerdo (pensar que deje mis estropeados lentes en su casa).

En esas circunstancias había que estar pendiente de todo lo que pudiera servirnos y yo parecía Cristóbal Colón haciendo las observaciones que anotaba en su diario. Al fin divisamos unos nativos que hablaban inglés entre ellos y fuimos a abordarlos. Los nativos de aquí son amistosos, y llevan unos extraños adornos y anillos por todo el cuerpo, tal vez sea parte de un extraño un rito (yo como que he leído esto mismo en alguna otra parte...) Los nativos no sólo nos indicaron en dónde estaban los teléfonos, sino que nos regalaron una tarjeta telefónica con suficiente dinero para una llamada.

Cada vez que encontramos nativos amistosos nos damos cuenta de lo hdp que son los parisinos y les echábamos su correspondiente mentada de madre. Pero en eso la mente de Nelson se iluminó y comprendió porqué los parisinos son tan amargados:

¡Los parisinos son amargados porque viven rodeados de parisinos y los detestan, al igual que detestan a los otros gentilicios!.

Llamamos a Jorge (en realidad no me acuerdo como se llama) y quedó en ir a buscarnos en unos minutos, claro, tardaba algo porque el medio de transporte en esa ciudad es la ¡BICICLETA! Las bicicletas tienen prioridad sobre los carros en las vías y ¡todo el mundo anda en ellas! Incluso hay bicicletas del estado o de la alcaldía que las dejan por ahí y si las necesitas puedes usarlas cuando quieras, lo malo es que en lo que la dejas, otros te la pueden quitar igual y si no consigues otra bicicleta del gobierno te tienes que devolver a pié.

Estacionamiento de bicicletas en Delft
Fuimos con Jorge a tomarnos unas cervezas en un bar en donde hay como 400  tipos de cervezas. Yo esperaba que entre tanta variedad debía estar la Polar, o aunque sea la Brahma. Rien du tout, ¡las 400 cervezas eran todas belgas! Nos tomamos una cervecita y nos fuimos a casa....

Mi primera impresión es que Holanda es un país muy abierto (es la cuna del liberalismo económico) y como es un país con una fuerte influencia comercial y portuaria han adoptado cosas de todas las culturas por las que han navegado sus marinos y piratas. Tal vez por eso es que su economía funciona, pero en este momento está ocurriendo una transculturización yanqui arrechisima y se da el caso de que los jóvenes hablan entre ellos en inglés, espero estar equivocado. En un próximo mail les hablaré de todas estas teorías de mi parte neoliberal del pensamiento, pero ya estoy cansado y creo que será mejor que continúe mañana con la mejor parte: Ámsterdam.

Au Revoir


Luis Manuel

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