lunes, julio 16, 2007
Las niñas le dan demasiadas vueltas al mismo problema y por eso se deprimen
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Niñas, no se quejen
BBC Mundo Ciencia
Durante mucho tiempo hemos alentado a los adolescentes a buscar buenos amigos en quienes confiar sus problemas.
Adolescentes
Las charlas excesivas sobre problemas personales pueden conducir a depresión.
Un buen amigo con quien tener una buena charla, creíamos, era la mejor medicina para esa "edad difícil".
Ahora, un grupo de expertos afirma que los adolescentes -particularmente las niñas- tienen más probabilidades de sufrir ansiedad y depresión como resultado de sus extensas conversaciones con amigos sobre sus problemas.
Opine: ¿Hablar demasiado hace mal?
La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Missouri-Columbia, se publica en la revista Psicología del Desarrollo, de la Asociación Psicológica Estadounidense.
"Rumia" emocional
El problema es lo que los psicólogos llaman "co-rumiación".
"La co-rumiación es estar dándole vueltas a un problema y expresando los conflictos entre pares, sin resolución de los mismos", dijo a BBC Ciencia el doctor Alfredo Cía, presidente de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad.
"Esto opera negativamente en la persona como una caja de resonancia, con la reverberación del problema", señala el experto.
Los investigadores estudiaron durante seis meses a 813 niños y niñas adolescentes de 9, 11, 13, y 15 años edad.
Los participantes respondieron cuestionarios que medían la co-rumiación, la depresión, ansiedad y la calidad de sus mejores amistades durante el año escolar.
Los científicos descubrieron que las niñas suelen involucrarse en la co-rumiación más que los niños, especialmente en la adolescencia.
Adolescentes
Las niñas pasan demasiado tiempo "dándole vueltas" a un mismo problema.
Y entre las niñas, aquéllas que rumiaban más mostraron más probabilidades de sufrir depresión y ansiedad.
Curiosamente, aunque la co-rumiación estaba relacionada con mayor ansiedad y depresión, los investigadores también encontraron que ésta se vinculaba con una mayor calidad de las amistades.
Esto, dicen los autores, incluyó sentimientos de más cercanía entre los amigos.
Los niños que co-rumiaban, agregan, también cultivaron amistades más cercanas a lo largo del año escolar, pero no desarrollaron síntomas de depresión o ansiedad durante ese período.
Cuando las niñas co-rumian -dicen los científicos- pasan mucho tiempo insistiendo en problemas y preocupaciones que probablemente las hacen sentir más tristes y más desesperanzadas.
"Esos problemas están siempre presentes en su mente -agregan- y estos son los síntomas de la depresión".
Esto, dicen los expertos, se aplica especialmente a problemas que las niñas no pueden controlar, por ejemplo si son del agrado de un niño en particular, o si serán invitadas a la fiesta a la que asistirán los niños más populares.
La co-rumiación es estar dándole vueltas a un problema y expresando los conflictos entre pares, sin resolución de los mismos
Dr. Alfredo Cía, Asociación Argentina de Trastornos de Ansidedad
"La rumiación sólo puede ser favorable en un contexto de contención afectiva, de resolución o integración, en el que puede estar involucrado una persona con mayor experiencia o capacitada para ello", afirma el doctor Cía.
"De lo contrario puede generar resultados negativos, por ejemplo, puede incrementar la magnitud o las consecuencias de ese problema", agrega.
Actividades
Esto, sin embargo, no quiere decir que los adolescentes no deban hablar de sus problemas.
Los expertos afirman que se les debe alentar a que conversen con sus amigos, pero moderadamente, sin caer en la co-rumiación.
Tal como señala el doctor Alfredo Cía, en general, hablar sobre nuestros problemas y tener una red de apoyo social son factores relacionados con una vida saludable.
"Todo depende de las condiciones y el contexto -dice- y del intercambio que se dé entre las chicas".
Adolescentes
Los niños suelen "rumiar" menos sobre sus problemas.
"No pretendemos que cada uno se calle y se guarde para sí las cosas".
"Pero cuando se cae en la co-rumiación y se juntan dos personas con la misma limitación e imposibilidad para ayudarse, esas conversaciones pueden ser perjudiciales".
Según los expertos debemos alentar a los adolescentes a involucrarse en otras actividades, como los deportes.
"Una de las recomendaciones que hacemos a los pacientes que piensan demasiado y se enrollan en sus propios pensamientos es que no se queden solos y encerrados pensando", dice el doctor Cía.
Agrega que otras actividades los pueden ayudar a despejar este tipo de pensamientos recurrentes, o rumiaciones, especialmente los que se refieren a problemas que no pueden controlar.
Hasta ahora, los padres y adultos vivían con una cierta sensación de seguridad al saber que sus hijos adolescentes, especialmente las niñas, contaban con amigos aparentemente compasivos.
Quienes nos preocupaban eran de hecho los adolescentes socialmente aislados.
Este estudio, sin embargo, revela que los jóvenes rodeados de amigos cercanos también están en riesgo de desarrollar trastornos emocionales si esas amistadas están basadas en un patrón de co-rumiación.
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