El ministro australiano de Defensa, Brendan Nelson, dijo que la necesidad de asegurar suministros de crudo de Medio Oriente es un elemento decisivo "para la defensa y la seguridad de Australia". El titular aseguró que no solamente Irak, sino Medio Oriente en general, son clave en la conformación de una "estrategia de defensa" nacional.
De ahí que "toda retirada prematura de Irak debería ser objeto de reflexión". Australia tiene un contingente de unos 1.500 soldados en el Golfo Pérsico y no cuenta con planes inmediatos de repatriarlos.
Críticas y desmentidos
El primer ministro australiano, el conservador John Howard, es un firme aliado del presidente estadounidense George W. Bush y sus políticas en Irak.
El gobierno de Howard ha sido objeto de las críticas de los activistas antibélicos, que lo acusan de mentir sobre las razones que motivaron el derrocamiento del gobierno de Saddam Hussein. Para estos críticos, la admisión gubernamental constituye una prueba de que la intervención en Irak perseguía fines económicos.
Sin embargo, Canberra se apresuró a desmentir estas aseveraciones y enfatizó en que el país está comprometido con la estabilización en Irak y la llamada Lucha contra el Terrorismo.
El ministro Nelson remarcó que las tropas permanecen en el Golfo Pérsico para contribuir a evitar crisis humanitarias.
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