viernes, agosto 31, 2007

Monos acosan a mujeres en Kenia




¡Estos monos son una pesadilla!
Juliet Njeri
BBC, Nachu, Kenia central

Mujer y espantapájaros
Los monos destrozaron este espantapájaros, según los lugareños.

Un grupo de monos vervet (Cercopithecus aethiops) se han convertido en la pesadilla de una aldea de Kenia. No dejan dormir a sus lugareños y les destruyen sus cosechas hasta el punto de estar causando una crisis alimentaria.

Además, persiguen a las mujeres por el campo.

A principios de este mes, Paul Muite, el diputado que representa esta población en el parlamento nacional, instó al Kenyan Wildlife Service (Servicio Keniano para la Fauna) a contener el comportamiento agresivo de los monos.

Pero Muite se convirtió en el hazmerreír en el parlamento cuando explicó a sus colegas legisladores que los monos se "burlaban" y acosaban a las mujeres en una aldea.

Sin embargo, esto es exactamente de lo que se están quejando las mujeres en la aldea de Nachu, justo en el sudoeste de Kikuyu.

Acoso sexual

Se calcula que allí hay cerca de 300 monos que invaden las granjas en el amanecer. Se comen el maíz de la aldea, las papas y otros cultivos de la dieta básica.

Y puesto que las mujeres son principalmente las responsables de la actividad agrícola, son las que también más padecen el problema al intentar proteger sus sembradíos.

Los monos se agarran los pechos y hacen gestos mientras señalan sus partes íntimas.
Lucy Njeri, lugareña
Se dice que los monos están más asustados de los hombres jóvenes que de las mujeres y los niños, y que los monos más atrevidos lanzan piedras y persiguen a las mujeres por los campos.

Las señoras del poblado de Nachu han intentado usar las ropas de sus maridos para engañar a los monos, pero ni eso ha funcionado.

"Cuando enfrentamos a los monos, lo hacemos vestidas de pantalones y sombreros para parecer hombres," explica Lucy, una lugareña a la BBC.

"Pero los monos se dan cuenta y no se asustan y señalan nuestros pechos. Nos ignoran y continúan robando las cosechas."

Además de robar, los monos también hacen gestos sexuales explícitos a las mujeres, aseguran los aldeanos.

"Los monos se agarran los pechos y hacen gestos mientras se señalan sus genitales. Tenemos miedo de que abusen sexualmente de nosotras.", dice Lucy Njeri.

Incredulidad oficial

Hombre que asusta a los monos con piedras
Este hombre pretende asustar a los monos con piedras.

El Servicio Keniano para la Fauna dijo a la BBC que no es inusual que los monos acosen a mujeres y se asusten menos de ellas que de los hombres, pero no habían oído hablar de monos en Kenia que hicieran gestos sexuales explícitos como forma de comunicación con los seres humanos.

Ahora la comunidad agrícola se ha visto obligada a recibir ayuda alimentaria para paliar el hambre que padecen.

Los aldeanos explican que los monos han matado al ganado y a los perros que lo protegen. Ahora los aldeanos viven con miedo, especialmente temen por la seguridad de sus bebés y niños.

Los intentos por controlar a los monos han fracaso. pues ellos eluden las trampas, se avisan de ataques inminentes y descubren la comida envenenada puesta por los aldeanos.

"Algunos de los monos vigilan y avisan a los otros, ven que nos acercamos, entonces dan señales de peligro a los que se encuentran en las granjas", explica Jacinta Wandaga, una lugareñas.

"Escuadrón anti-monos"

A pesar de la situación, el Servicio Keniano para la Fauna advirtió a los habitantes del poblado que no dañe ni mate a ninguno de los monos, puesto que es un delito.

Algunos lugareños
Los aldeanos no consiguen asustar a los monos vervet.

Ante esta situación, los aldeanos han optado por recoger sus cosechas más temprano en un intento por salvar lo que aún queda en los campos.

Desafortunadamente, esto provoca que los monos se cuelen en sus hogares y roben de sus graneros los frutos cosechados.

Incluso ha fracasado un intento de crear un "escuadrón anti-monos" para seguir los movimientos de esos animales y mantenerlos alejados del pueblo y los cultivos.

No obstante, el área es simplemente demasiado grande para los pocos voluntarios que la cubren.

Algunos aldeanos ya perdieron la esperanza y han abandonado sus hogares y granjas, pero los que aún permanecen al pie del cañón, como es el caso de James Ndungu de 80 años, suplican que los ayuden.

"Por el amor de Dios, el gobierno debe tener compasión de nosotros y llevarse a estos monos, porque no queremos abandonar nuestras granjas", aseguró James Ndungu.

"Pido a Dios, que venga y se lleve a estos animales lejos de aquí para poder cultivar en paz".

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