Lejos, a 10.000 millones de años luz de la Tierra, hay un enorme vacío en el espacio.
Los astrónomos que descubrieron esa oquedad que mide más o menos 1.000 años luz aseguran que en ese espacio no hay materia normal como galaxias o estrellas, ni la misteriosa "materia oscura" que no se puede ver directamente ni siquiera con ayuda de un telescopio.
Este agujero de materia oscura -que no hay que confundir con un agujero negro- está en la constelación de Erídano, y fue identificado gracias a un estudio del cielo con ondas de radio.
La información sobre el descubrimiento se publicará en un artículo de la revista Astrophysical Journal.
Otros estudios que han explorado la estructura del Universo cercano también han mostrado, por ejemplo, cómo los grupos de galaxias forman vastos filamentos y láminas separadas por grandes espacios.
Pero el vacío que descubrió un equipo de científicos de la Universidad de Minnesota tiene cerca de 1.000 veces el volumen que se espera encontrar en los espacios cósmicos típicos.
"Es difícil hasta para los astrónomos imaginar las dimensiones de estas cosas", admitió el profesor Lawrence Rudnick de la Universidad de Minnesota.
"Si uno fuera a viajar a la velocidad de la luz se tardaría varios años en llegar a las estrellas más cercanas de la Vía Láctea, pero si uno fuera hasta este vacío y entrara por un lado tendría que viajar 1.000 millones de años para llegar al otro lado", explicó a la BBC.
Evidencia oscura
El equipo de científicos hizo su descubrimiento con información del Radio Observatorio Nacional de Estados Unidos (NVSS por sus siglas en inglés), que tiene 27 radiotelescopios en el estado de Nuevo México.
El hallazgo concuerda con observaciones de "la luz más vieja del universo", la famosa radiación de microondas cósmicas (CMB, por sus siglas en inglés), cuyo estudio ha dado el premio Nobel a varios científicos.
Esa radiación viene de sólo 380.000 años después del Big Bang, cuando el Universo se había enfriado a un grado tal que permitió la existencia de los átomos de hidrógeno. Antes de ese momento -explican los científicos- el Universo habría estado tan caliente que la materia y la luz estarían juntas, y el cosmos era opaco.
En nuestro tiempo la luz brilla en longitudes de microonda a 270 grados bajo cero, y las observaciones de la sonda Wilkinson de la NASA muestran un "punto frío" específico en la dirección del vacío recientemente identificado.
La explicación de este fenómeno yace en la enigmática "energía oscura" sobre la que se sabe muy poco, pero se piensa que acelera la expansión del Universo.
Si así fuera, se esperaría que las partículas de luz que pasan por el vacío perdieran un poco más de energía que las que que atraviesan el espacio en el que hay materia.
Los científicos se refieren a este fenómeno como Efecto Integrado Sachs-Wolfe, e identificaron hace algunos años en la CMB un "punto tibio" asociado con una zona del espacio dominada por un supergrupo de galaxias.
"En esencia, el más reciente estudio nos ofrece una demostación muy elegante de la existencia de energía oscura de una manera muy convincente", comentó el profesor Carlos Frenk, director del Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham en el Reino Unido.
"Seguimos obteniendo pruebas de la energía oscura, un componente muy dominante del Universo, pero sólo tenemos una breve visión de lo que puede ser".
No se sabe por qué existe ese vacío. "Ese será un reto para quienes trabajan en el desarrollo de la estructura del Universo. Es un tema muy caliente en la cosmología en estos momentos", señaló el profesor Rudnick.
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