miércoles, marzo 14, 2007

El secreto, el movimiento

El secreto, el movimiento
Fuente: BBC
Marilyn Monroe, sex symbol
Durante mucho tiempo, tener una figura "reloj de arena" como la de Monroe, fue considerado esencial.
Efectivamente, hay "algo" en la forma en que ella se mueve. Y también en la manera que él tiene de caminar, reveló un estudio.

Un par de investigadores de la Universidad de Nueva York descubrió que para ser considerada atractiva, una mujer debe caminar y moverse de forma "femenina", moviendo las caderas.

Esto echa por tierra las teorías matemáticas y los "cocientes ideales" de la relación cintura-caderas, que colocaron la figura "reloj de arena" en el pedestal durante años.

Y los hombres -concluyó el estudio publicado en la revista Estudios de la Academia Nacional de Ciencias-, deben por su parte contonearse también, pero a la altura de los hombros.

Cuanto mejor lo hagan, más atractivos se los percibirá.

No números: cadencia
Beyonce Knowles, cantante y actriz
La clave del atractivo está en la cadencia y los movimientos, dicen los expertos.

Durante mucho tiempo un factor clave en el concepto de atractivo femenino fue la proporción justa de cintura y caderas.

Marilyn Monroe y hoy en día Beyonce Knowles o Jennifer López son ejemplos famosos de mujeres con la "figura ideal".

Su popularidad -dicen los expertos- puede deberse a que los medios las colocaron donde están, o a que las mujeres occidentales no necesitan desfilar por el mundo con cuerpos poderosos o de músculos definidos: de hecho no los necesitan.

El estudio estadounidense, que también fue publicado en el periódico Psychological Science, demuestra que ni Monroe ni las divas actuales lograrían el estatus de símbolo sexual si no se movieran correctamente.

El reloj de arena

La proporción ideal de cintura-caderas para una mujer equivale a tener una cintura que no supere al 70% de la medida de sus caderas.

Pero Kerri Johnson y Louis Tassinary, los directores del estudio, dijeron que las pruebas con más de 700 participantes concluyeron que el atractivo no es una simple cuestión numérica.

A los voluntarios se les mostró figuras, masculinas y femeninas, quietas y caminando.

Los investigadores escribieron: "La forma del cuerpo y los movimientos, provocan percepciones sociales básicas, como la identificación del sexo: femenino o masculino".

También se decodifican cuestiones como la raza, la manera de andar, la relación entre la cintura y las caderas, y el largo del cabello.

"La compatibilidad de esos primeros elementos permite predecir el atractivo percibido", afirman los expertos.

El equipo afirma que sus hallazgos sólo se aplican a la civilización occidental contemporánea, y que otras culturas tendrán formas distintas de catalogar a las personas como "muy femeninas o muy masculinas" de acuerdo con sus propios criterios de femineidad y masculinidad.

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