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Barcelona, Cataluña |
Date: Thu, 07 Jan 1999 06:03:38 PST
From: Luis Manuel Hernandez Ramos
Subject: Voyage: Que viva
España (II)
Salut Amigos:
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Campus Université Paris 6 (Jussieu) |
Bueno,
voy a sentarme aquí para escribir algo del viaje a Cataluña. Vengo de almorzar.
No sé qué le pasa al restaurante administrativo pero este año no comenzó bien.
Les cuento: el lunes comí en la Cité, el martes cuando ya llevaba media hora de
cola me di cuenta de que no tenia la tarjeta para comer en el administrativo
que supuestamente es mejor aunque más caro, y tuve que volver a la desagradable
experiencia de comer en el RestaU estudiantil. Ustedes dirán que es sifrinería
mía, pero no, es asqueroso. Fíjense que el comedor
de la Central es mucho mejor. No es exageración. Ayer, hasta besé
la tarjetica cuando la encontré en mi cuarto. Entré a comer y ya estaba imaginando volver a comer una comida normal, con una maravillosa vista al Sena,
pero cuando pruebo mi comida me doy cuenta que era Hígado. Asco. Me dije a mi
mismo: “Luis Manuel tienes que comerte ese Hígado porque si no vas a pasar
hambre aquí en París”. Estuve rato tratando de convencerme a mí mismo, pero no
pude, ni siquiera me pude tragar el pedacito que tenía en la boca. Y resulta
que hoy, cuando fui a comer de nuevo, parece que sobró hígado de ayer y me lo
volvieron a poner. Casi lo agarro. Ya le había dicho a la señora que me lo
diera y la señora se molestó porque se lo devolví. Me tuve que comer entonces
un pedacito de pizza como el de las panaderías, un slide nada más, y eso si
agarré un pedazote grandote de Roquefort, verde, verde, ya casi para
podrirse. ¡Sabroso!. Pienso que es por eso es que aquí en París casi no hay
infecciones bacterianas, por la cantidad de penicilina que hay en los quesos
que se come la gente. Par contre, hay miles de variedades de hongos.
¿Por
donde iba de lo del viaje a Cataluña?. ¡Ah, ya recuerdo!. Teníamos que regresar
de la playa porque iba a llegar Adriana...
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Jamonsón |
Cuando
uno pasa un tiempo en un sistema tan coño de madre como este de París,
es muy difícil acostumbrarse de nuevo a otra cosa, a pesar de que las
evidencias de que ya no estábamos en Paris eran abrumadoras. Antes de llegar
a casa pasamos por una bodeguita cerca de la casa de Haydemar y compramos
todo tipo de charcutería sabrosa. Compramos: jamón español, jamón Serrano, salchichón, chorizo, etc. No quería verle la cara al queso francés por
unos cuantos días y eso que me gusta mucho. La señora nos trato de mi amor
pa’qui mi amor pa’allá, mi amor esto, mi amor aquello. ¿Cuando en París te van
a tratar así?. Ya casi me sentía como en casa, pero lo que más me sacó de París fue el feliz descubrimiento de una licorería!!!!, si señores, una licorería tal
cual las de Venezuela, pero con barriles de vino ¿y adivinen que había?. Pues, vendían
Ron Cacique y Mazinger Z o pecho cuadrao (Gran Reserva Santa Teresa para los no
iniciados). ¡Siiiiiiiii, yupiiiiiiiiii!.
¡Me puse felicísimo!,
Eso si, 4 veces más caro que en Venezuela.
Adriana
apareció con un amigo venezolano llamado Frank. Frank es un venezolano muy pana,
pero que se ha gallegizado a un extremo difícil de entender. En solo dos años se le olvido de,
por ejemplo, que el Magallanes es de
Valencia-Venezuela y que Gualberto Ibarreto es una sola persona. Además habla con
acento españoleto ya. Es cierto que a uno se le pegan los acentos, pero ¿olvidarse
del Caracas y del Magallanes?. Coño, eso no lo entiendo. A Frank se le pegó
otro venezolano todavía más extraño.Un negro con un zarcillito que hablaba todo
sifrino. Le cogí idea no por el zarcillito, sino porque intentó quitar el disco
de gaitas que teníamos puesto para poner uno de U2, en plena Navidad.
Imagínate, cuando por primera vez estaba reunido un grupo de Venezolanos
jodiendo con el negrito fullero de fondo musical viene este y me pone
ratatatatan ratatatatan Bloody Sunday, eso no pegaba ni con cola. El negrito me
preguntó que hacía yo y cuando yo le dije que éramos profesores de la UCV el
carajo se inventó que él también era profesor del Ateneo en Artes Plásticas y bla, bla, bla,
y de allí comenzó a hablar un pocote de estupideces. Yo creo que el carajo era marico,
porque como dice el Conde del Guácharo: El que se deja perforar una oreja..., Luego,
Frank le sacó el culo porque ya estaba como fastidioso, pero el negrito se nos
apareció en la discoteca a la que fuimos luego....
Frank
nos llevó a una discoteca latina y la pasamos monumental. Yo estaba
un poco frío al principio, como afrancesado, pero cuando voy a pedir mi trago correspondiente
descubro que había del el gran indio Cacique, y of course pedí un trago que me
duró como 4 horas (recuerden que no tengo dinero). Me concentré muchísimo para
bailar (para mi no es fácil) y el alma latina me empezó a salir del cuerpo y
voilá, ¡empecé a bailar salsa! (ustedes que me conocen saben que ese es un
acontecimiento histórico) con el vaso. Después
bailé con Claudia y con Adriana, y si no se acaba el tiempo empezaba a sacar a
bailar a las chicas más bonitas de la discoteca. Imagínense yo bailando salsa, ¡ese
cacique si es milagroso!. Yo no sé si estaba bailando bien o mal, pero igual me
sentía bien, eso si, claro, me tenía que concentrar muchísimo apretándome la lengua
y los labios cual Michael Jordan cuando va a hacer una de sus diabluras, o
mejor dicho, cual Gabriel Estaba para salvar
distancias, jejeje. Fíjense, lo que no pude hacer en Caracas, lo vine a hacer
en Barcelona. Comprobé que si tengo mucho de latino en el cuerpo. Al final de
la emoción bote mi cachuchita y no me di ni cuenta. ¿Se acuerdan de mi cachucha
verde Nike que cargaba pa'ariba y pa’ abajo desde que empezó la calvicie?. Me
dio una lástima, tantos calvos momentos en que me acompañó… Bueno, me tocará
asumir con dignidad mi falta de cabellos y nadie me quita lo bailao....
Esperen la tercera
parte...Voy a trabajar.
Luis Manuel
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