La primera "baja" de la Conquista
Redacción BBC Mundo
Cráneo con orificio de arma de fuego
El cráneo fue analizado en Connecticut, donde hallaron partículas de hierro en el hueso.
Una colina en lo que hoy es un villorio de los suburbios de Lima se convirtió hace 500 años en el cementerio improvisado de 72 incas, caídos en un enfrentamiento de los hombres de Francisco Pizarro, al inicio de la llamada Conquista.
Sólo dos metros por debajo de las modestas construcciones del asentamiento de Tupac Amaru descansó por décadas una joya del imperio incaico: lo que hoy se conoce como el sitio arqueológico Puruchuco Huaquerones.
Allí, uno de los hallazgos principales de los investigadores es el cráneo de un amerindio, agujereado por la bala de un arcabuz, el arma de fuego que utilizaban los españoles en el siglo XVI.
Junto con otros dos esqueletos con rastros de heridas con armas de fuego, se ha convertido en la primera prueba fehaciente de las ejecuciones que ayudaron a los conquistadores a defender la que luego sería capital del virreinato.
La mayoría de los 72 esqueletos hallados presentan signos de haber padecido un muerte violenta -por heridas de hachas de piedra o flechas-, pero a mano de otros indígenas.
No (es) tan simple como que un pequeño grupo de españoles fue capaz de dominar a todo el imperio inca
Guillermo Cock
Según el experto que lidera las excavaciones, Guillermo Cock, esto demostraría que en el Cerco de Lima, en 1536, los españoles fueron asistidos por grupos locales.
"Vamos a tener que mirar la historia como un proceso mucho más complejo, no tan simple como que un pequeño grupo de españoles fue capaz de dominar a todo el imperio inca", señaló el arqueólogo.
La punta del iceberg
El equipo de arqueólogos en acción
En las ocho hectáreas de la necrópolis de Puruchuco se hallaron más de dos mil restos.
Este grupo de esqueletos, que se presumen enterrados en agosto de 1536, son sólo una pequeña muestra de la necrópolis inca de Puruchuco Huaquerones, un sitio que sirvió de cementerio a lo largo de 75 años.
Desde 1999, cuando comenzaron las investigaciones en Tupac Amaru, se han hallado más de dos mil restos humanos, según el portal de National Geographic.
Esta organización, que desde 2004 financia las excavaciones, emitirá un documental sobre el proyecto el 26 de junio.
Los expertos creen que los cadáveres de amerindios encontrados junto al del ejecutado con arcabuz pertenecen a víctimas de la batalla que siguió al Cerco de Lima por parte de los grupos incas.
Fueron enterrados casi a ras del suelo y sin los ritos tradicionales, lo que lleva a pensar que fue en medio del apuro y los temores por una posible derrota.
Como se hallaron mujeres y niños en el grupo, los expertos estiman que no se trata de guerreros incas, sino de un grupo de "apoyo" que viajaba con ellos.
Casi la mitad de los 2.000 cuerpos hallados no muestran signos de violencia. Esto indicaría que esas personas murieron víctimas de enfermedades importadas al Nuevo Mundo por los europeos, como gripes o viruelas.
La amenaza de la cloaca
El villorio de Tupac Amaru, un asentamiento creado en 1989 / Foto cortesía de National Geographic
El desarrollo de la vida moderna supone una amenaza para el pasado.
A pesar de que la zona había sido declarada monumento nacional, las autoridades peruanas pensaban construir en Tupac Amaru caminos y redes de saneamiento para cientos de familias que viven allí desde 1989, cuando escaparon de las guerrillas.
Pero los arqueólogos llegaron antes que las máquinas excavadoras para rescatar la historia de las cloacas irregulares, que humedecen la tierra seca que conservó durante siglos las reliquias y crean un caldo de cultivo para bacterias de todo tipo.
El equipo de investigadores peruanos -ahora respaldado por National Geographic- se encarga desde 1999 de rescatar de la descomposición momias, armas, cerámicas y ricas telas.
Las investigaciones siguen en curso.
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